Duro comunicado de los directores de cine asociados en DAC: "Cuatro años de daños, perjuicios y atrasos absolutos"

Los directores de cine asociados en DAC emitieron un comunicando definiendo la situación de alerta en la que se encuentran por el avasallamiento de la actividad:

"Termina un lamentable período lleno de parches y nuevas pinchaduras.

No es el único que en su largo camino ha sufrido el cine argentino, pero sin dudas este último fue tal vez el más traumático de los muchos que lleva atravesados.

Cuatro años de daños, perjuicios y atrasos absolutos que no sólo son consecuencia de la aplicación de una determinada política o ideología, sino también de la más tremenda ineficiencia y desconocimiento de la producción de cine y del audiovisual en su conjunto, encarnada por las personas que desde 2016 ejecutaron las inexplicables maniobras que el estado implementó para devastar todos los resortes de la cultura nacional.

Un mal desempeño permanente y sin excepciones que con auténtico destrato y por medio de un verdadero desastre burocrático intencional, agravó y multiplicó todos los errores que pueden haber cometido las distintas gestiones anteriores. Una y otra vez, con cada paso y resolución, se burlaron de toda la actividad, paralizando la industria cinematográfica y despojándola del costo medio, el crédito y la cuota de pantalla, los virtuosos recursos oportunamente establecidos. Sería imprescindible derogar y auditar todo lo actuado entre el 10 de diciembre de 2015 y 2019, para que sus responsables rindan las cuentas que corresponda.

Colmando la situación, esta mala praxis coincidió con un cambio absoluto de todos los paradigmas en el mundo audiovisual. Algo así como la llegada del cine sonoro. Por mejor que Chaplin hiciera su arte hasta entonces, no pudo seguir haciendo películas mudas, tuvo que adaptarse a las nuevas tecnologías a riesgo de desaparecer.

No hay más fílmico, moviolas ni doble banda, prácticamente no hay más cines en la calle Lavalle. Se cuadruplicó el número de películas anuales y las salas se redujeron a menos de un tercio. Existe internet y en sus autopistas circula la mayor cantidad de contenido audiovisual que buena parte del público prefiere por elección, falta de ingresos o comodidad. Cine y televisión, unidos por lo digital, convergen segundo a segundo más y más en los mismos formatos o soportes, cuya comercialización, distribución y exhibición ya no se consuma ni consume por los mismos lugares, aparatos o dispositivos que antes. Los nuevos paradigmas utilizados a veces bien y a veces mal, posibilitan enriquecer a unos en desmedro de otros, acrecentar audiencias y reducir derechos, originando una realidad que no puede soslayarse.

Por suerte, en la Argentina hoy nace una esperanza que debe estimularnos para organizar sabia y cuidadosamente el futuro desde aquí, audiovisualmente hablando.

La actual Ley de Cine ha cumplido 25 años. Fue magnífica y admirada en todo el mundo, quizás hubiera bastado cumplirla para hacer las cosas bien. El tiempo y la constante evolución digital globalizada, causaron a nuestra querida ley muchas pinchaduras. Ha sido emparchada cientos de veces con precarias, parciales, accidentales y contradictorias resoluciones que terminan por anular su espíritu y funcionamiento. La cinematografía como arte e industria audiovisual, ha registrado cambios decisivos y fundamentales, técnicos y económicos, sociales y culturales, algorítmicos y profundos, que la legislación creada en el siglo pasado no pudo prever.

Urgentemente debemos consensuar y crear una nueva ley que fomente la realización, distribución y exhibición de producciones argentinas en todo el espacio audiovisual nacional con la participación de todos los sectores, integrando especialmente el aporte económico y logístico de los gigantes digitales, que actualmente son fantasmas sin regulación alguna en nuestra actividad y territorio.

Es el momento exacto de no seguir emparchando y adaptando disposiciones que ya no cubren ni reflejan lo real. Se necesita una nueva legislación que, articulada con todas las demás también nacientes normas que rigen las telecomunicaciones y el conocimiento, abarque los nuevos paradigmas que han modificado todo. Es imprescindible barajar y dar de nuevo, actualizar las reglas del juego cinematográfico que en cada detalle ya es definitiva y poderosamente audiovisual. Reconstruir órganos y organismos, formas y conceptos, cuantificar y clarificar.

Comienza un nuevo ciclo que todos esperamos sea de exitosa reconstrucción.

Pero cuidado porque venimos atrasados y si no nos renovamos en muy poco tiempo, vertiginosamente, terminaremos perdiendo el tren que habíamos logrado alcanzar.

DAC - Directores Argentinos Cinematográficos
Asociación General de Directores Autores
Cinematográficos y Audiovisuales"

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