El Brexit real se acerca y el Gobierno británico y la Unión Europea siguen sin entenderse

El Brexit real se acerca y el Gobierno británico y la Unión Europea siguen sin entenderse. Cada día que pasa parece que el pacto está más lejos de consumarse y que finalmente se llegará al 30 de marzo de 2019 sin un acuerdo de salida. Lo que en un principio parecía algo difícil de imaginar, en estos momentos es una hipótesis real que copa toda la atención de la población británica y, en menor parte, de la europea.

Hay muchas incertezas de qué escenario depararía el no deal Brexit , -Brexit sin acuerdo-. Desde un punto de vista económico, una salida unilateral a priori parece una mala solución para ambas partes. Desde un punto de vista político, un mal acuerdo de salida supondría para Londres mostrar un último gesto de servidumbre hacia la UE y para Bruselas enviar un mensaje a los otros 27 estados miembros de que una salida de la Unión puede ser beneficiosa y ninguno da su brazo a torcer.

¿Qué pasaría a partir del 30 de marzo?

Transporte, comercio, libre circulación de personas o fronteras. Varios temas importantes para el día a día de los ciudadanos quedarían en un limbo legal que debería verse como se soluciona casuísticamente, creando así una inseguridad legal y económica. A finales de 2017 se llegó a un acuerdo político sobre tres temas que la UE consideraba claves para continuar negociando: el derecho de los ciudadanos europeos en el Reino Unido, la relación con Irlanda e Irlanda del Norte y la liquidación financiera del Gobierno británico respecto a los acuerdos financieros alcanzados junto a los otros 27 estados.

El investigador sobre el futuro de la integración europea del Real Instituto Elcano Salvador Llaudes matiza que este acuerdo político ya alcanzado debe integrarse dentro del acuerdo legalmente vinculante que debe cerrarse antes del 29 de marzo. En realidad, el plazo es menor puesto que tanto el Parlamento Europeo como el Parlamento británico deben ratificarlo antes, por lo que el plazo se reduce a octubre de este mismo año.

De confirmarse el divorcio sin acuerdo, los tres puntos acordados en 2017 quedarían en papel mojado y los derechos de los ciudadanos europeos en el Reino Unido y viceversa quedarían en el aire. Sin embargo, una salida con acuerdo garantizaría a los más de 120.000 comunitarios en territorio británico disfrutar “de los mismos derechos” que hasta ahora, como bien ha reconocido la ministra británica de Interior, Amber Rudd.

La salida unilateral es la peor solución para todos Michel Barnier Negociador europeo del Brexit

Son muchos los temas a tratar en la primera salida de la UE en sus más de 60 años de historia. Desde que el Reino Unido pasara a ser un socio comunitario más en 1973, han sido muchos años de cesión de competencias y de actuar bajo el paraguas legal europeo. Por esta razón la doctora especializada en relaciones internacionales, Maria Mut, cree que “puede que sean incapaces de llegar a un pacto ahora, pero sí en un futuro”.

Según el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que es el que regula el procedimiento de salida, en caso que se llegue al 29 de marzo sin acuerdo, podría pactarse una prórroga para seguir negociando. Mut afirma que una salida sin acuerdo “no seria bueno para el Reino Unido ni para la UE” y Llaudes añade que “se abriría un escenario muy dramático”.

Es la primera vez que un estado abandona la Unión Europea en más de 60 años

En territorio británico muchos son los que piensan como ellos y en los últimos días se multiplican los artículos en la prensa pidiendo a su primera ministra, Theresa May, que no abandone por las bravas. Jonathan Lis, director del instituto de investigación British Influence critica que “el mito nacional” puede alimentar la imaginación de los británicos, pero no la de su estómago y advierte que por muy especiales que se crean no pueden abandonar la UE sin consecuencia alguna. Otros, como el grupo de exasesores del Gobierno y académicos Economistas para el Libre comercio sostienen que un Brexit duro sin acceso al mercado único supondría más ganancias para el país.

La salida sin acuerdo anula la aplicación de todos los Tratados de la UE para el Reino Unido y saldría del mercado único europeo sin ningún acuerdo bilateral entre ambas partes. Los favorables a una ruptura total no temen este escenario y confían en mantener el mismo nivel de relaciones comerciales fuera de sus fronteras gracias a la protección de las leyes de la Organización Mundial del Comercio (OMC), institución que no abandonaría. Los favorables al Brexit acordado luchan para que la Comisión Europea acepte la creación de un mercado común de bienes británico-comunitario con cierta armonización regulatoria.

Como afirmó el presidente de la Comisión para la salida de la UE de la Cámara de los Comunes, el laborista Hilary Benn, “se está acabando el tiempo” y los nervios aumentan. El negociador europeo del Brexit, Michel Barnier, hizo público que el 80% del acuerdo estaba cerrado y se negó a pensar en un escenario de no entendimiento porque reconoce que “la salida unilateral es la peor solución para todos”.
Escasez de alimentos

Esta última semana The Time publicó un artículo que afirmaba que los soldados británicos podrían llegar a movilizarse para garantizar el suministro de alimentos y medicinas a algunas partes del país si finalmente se da el no deal y se crean problemas en puertos y fronteras.

La noticia fue desmentida por el Gobierno, quien sí instó a las grandes superficies a que almacenen comida como medida preventiva. El 40% de los productos frescos como la fruta y la verdura consumidos en el Reino Unido provienen de la UE. El director general de la Federación británica de Alimentación y Bebidas, Ian Wright, comprende el temor de los ciudadanos que ven amenazado algo tan básico como la alimentación y cree que el Brexit se está convirtiendo en “un motivo para tener pesadillas”.

En la misma dirección apunta Mike Hawes, el director de la asociación británica del motor, SMMT, asegura en una entrevista a Reuters que los fabricantes de coches están “muy preocupados” sobre una falta de acuerdo que sería “muy dañina” para el sector, que emplea a más de 850.000 personas directa en indirectamente en todo el Reino Unido.

El último en reconocer que es cada vez más probable una salida brusca es el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, quien ha querido mandar un mensaje a la población diciéndole que se han asegurado que “los bancos tengan capital” así como “la liquidez que necesitan” para que la gente no se preocupe por poder sacar dinero del cajero.
Aviación y comercio terrestre

Los viajes en avión también se verían afectados. El Reino Unido abandonaría el mercado único de aviación en el que también participan otros países como Estados Unidos y Canadá. A partir del 30 de marzo no habría acuerdo y en este caso no hay ninguna organización como la OMC a la que acogerse. A partir de ese momento, el Reino Unido podría llegar a acuerdos bilaterales que deberían comenzar de nuevo desde un nivel básico y que como toda negociación lleva tiempo en cerrar.

Por este motivo, algunas compañías como Ryanair ya han comenzado a cubrirse las espaldas. Como publica la BBC, la compañía aérea tiene creada la “cláusula Brexit” para todos los vuelos vendidos después del 29 de marzo. En caso de cancelarse el tráfico aéreo, el coste será reembolsado a los clientes. Los problemas también podrían llegar por carretera. Los más de 200 trenes diarios que cruzan el canal de la Mancha repletos de víveres y otros productos de toda índole se verían afectados por los controles fronterizos.

La primera ministra de Escocia lo tiene claro, un divorcio no pactado sería “catastrófico”. El 62% de los escoceses votó por permanecer dentro de la Unión Europea cuando se realizó el referéndum en 2016 y la gran mayoría está a favor de un Brexit blanco, es decir, de mantenerse dentro del mercado único y de la unión aduanera. Parecería lógico que volviera a surgir la cuestión de volver a hacer otro referéndum de independencia del Reino Unido pero Llaudes cree que los escoceses “no tienen ganas de volver a votar”. Son dos los referéndums que han monopolizado la política escocesa en los últimos cuatro años y las encuestas muestran su escepticismo y agotamiento por unos procesos largos y complicados.

La salida unilateral también puede despertar un problema político que parecía enterrado, la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte. Actualmente es el conflicto que tiene paralizadas las negociaciones entre ambas partes. La Unión Europea quiere mantener a Irlanda del Norte dentro del mercado único pero el Reino Unido se opone porque esta demanda supondría tener una frontera dentro del propio país y que las leyes de la UE se aplicarían por encima de las británica en Irlanda del Norte.

Al respecto, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, dijo en The Independent que todavía espera que “el Brexit no suceda” pero ante el posible problema con su vecino del norte en la frontera ha anunciado la contratación de 1.000 nuevos agentes aduaneros para enfrentarse a la situación. Algo parecido sucedería en Gibraltar, donde según el Gobierno de Gibraltar cada día cruzan la frontera más de 13.000 españoles.

Theresa May quiere “dejar la Unión Europea pero no Europa”

May ha afirmado en reiteradas ocasiones que el Reino Unido quiere “dejar la UE pero no Europa”. Con el Brexit votado en 2016 la UE ya perdió uno de sus socios más antiguos y con más peso económico. Ahora, en 2018, puede ser la vieja Europa quien pierda uno de sus aliados históricos si se consuma el Brexit sin acuerdo. Ambas partes parecen condenadas a entenderse y se acabarán entiendo, pero lo cierto es que la transición no está siendo nada fácil y los nervios entre la población británica están a flor de piel.

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