Reino Unido: Los norirlandeses han amenazado con salir de la coalición de gobierno

Los norirlandeses ultraconservadores del DUP han amenazado con salir de la coalición de gobierno, votar en contra de los presupuestos del Estado y hacer caer la actual administración si Theresa May, a fin de lograr un acuerdo sobre el Brexit, hace concesiones a Bruselas que resulten en un régimen aduanero distinto para el Ulster que para el resto del Reino Unido. La cuestión es si la primera ministra cree que van de farol o en serio.

A base de trazar líneas rojas en su posición negociadora, May se ha encontrado con que para alcanzar un compromiso ha de romper algunas de ellas. Y ya desde el principio fue advertida de que la única manera de impedir una frontera dura entre las dos Irlandas era que o bien la del Norte permaneciera en la unión aduanera, o bien que lo hiciera la totalidad del país. Ahora se encuentra en la disyuntiva de escoger entre una cosa y otra, tras haber prometido que no aceptaría ninguna.

La premier, presionada para ofrecer una alternativa a la UE antes de la cumbre comunitaria de la semana que viene, convocó ayer al núcleo duro y más fiel de su Gabinete para obtener su respaldo a las concesiones que inevitablemente va a tener que hacer, y que el DUP ve venir, más aún tras las entrevistas en Bruselas de sus dirigentes con el negociador europeo Michel Barnier. Del encuentro quedaron excluidos los ministros que más presionan para abandonar el plan de Chequers y apostar por un acuerdo de libre comercio al estilo del canadiense, y que Downing Street teme que dimitan como hicieron en julio pasado Boris Johnson y David Davis. Penny Mordaunt, responsable de Ayuda Internacional, se ha negado a expresar su apoyo a May.

A pesar de las loas que recibirá internacionalmente en el caso probable de que llegue a un pacto que evite un Brexit sin acuerdo, muchos analistas sostienen que la premier no ha actuado en el interés nacional, ni cuando al encontrarse fortuitamente en el poder optó por sacar al país del mercado único y la unión aduanera ignorando olímpicamente al 48% del país que votó en contra de la salida, ni tampoco más adelante, al perder la mayoría absoluta en unas elecciones convocadas para reforzar su autoridad, cuando se puso en manos de los unionistas protestantes ultras y sectarios del DUP para permanecer a flote. Ahora sus amigos le pasan factura.

La líder tory tuvo ya que retractarse de su plan inicial de establecer una frontera invisible en el mar de Irlanda cuando se rebelaron, aplazando para más adelante la solución al problema. Pero ese más adelante es ahora, porque Bruselas sólo está dispuesta a concesiones cosméticas y retóricas, como que los controles se hagan en los almacenes de las empresas, que los camiones sean inspeccionados en los ferris y las declaraciones de aduanas se hagan online. Pero lo que es imposible es que Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido tengan un régimen idéntico, a no ser que el conjunto del país adopte el del Ulster, y renuncie a poder firmar sus propios acuerdos de comercio. Retrocediendo más y más, May ha llegado a una casilla de difícil salida. A algunos tendrá que traicionar, y no se lo tomarán bien.

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