Inglaterra: Theresa May anunciará la primera semana de junio el calendario para su salida

El último par de semanas ha sido, en el excitado mundo del Brexit y con el Parlamento en receso, como la calma que precede a la tempestad, un breve respiro entre borrasca y borrasca. La que se avecina lo hace sin embargo con vientos de hasta más de cien kilómetros por hora, que se pueden llevar por delante a la primera ministra por poco que se descuide. El huracán político que se cierne sobre las islas Británicas incluso tiene nombre: Theresa.

El momento en que tocará tierra es la semana del 3 de junio, cuando May ha decidido que presentará por cuarta y última vez a votación su acuerdo con Bruselas sobre el Brexit, ya no de una manera “indicativa” (es decir, no vinculante) sino como un proyecto de ley con todas sus consecuencias, que si es derrotado, muere para siempre. RIP, pues, el compromiso negociado durante más de dos años con la Unión Europea para que el divorcio sea lo más civilizado y menos doloroso posible. A la premier, maestra a la hora de prorrogar una muerte largamente anunciada, se le han acabado las opciones y los caminos. Se lo ha de jugar el todo por el todo, con unos dados manipulados en su contra. Necesita un seis, pero es como si en todas las caras hubiera un uno.

En política, como en fútbol, puede pasar de todo, y los funcionarios de Downing Street dicen que confían en un momento Anfield. Que si el Liverpool fue capaz de remontar tres goles, también May puede remontar tres derrotas de su plan en los Comunes. Y que si los jugadores del Barça se quedaron paralizados tras encajar el segundo gol, muchos diputados laboristas y conservadores verán las orejas al lobo cuando el Partido del Brexit de Nigel Farage gane por goleada las elecciones europeas de la semana que viene, y votarán su acuerdo como única alternativa a una salida sin acuerdo o a una cancelación del Brexit.

Es una interpretación optimista. La pesimista es que los resultados de los comicios municipales y europeos no han hecho más que radicalizar a los partidarios del Brexit ­duro, que consideran su plan una “traición nacional”. Que el Labour tiene muy pocos incentivos para votar a su favor, si no acepta una unión aduanera permanente (a la que se sigue negando en las negociaciones en curso), y la garantía (que no puede dar) de que un futuro líder tory respetaría ese compromiso. Que el DUP norirlandés sigue firme en su oposición al plan por considerarlo un atentado a la integridad nacional. Y que los diputados conservadores que piden que se vaya no van a hacer nada por lanzarle un salva­vidas, más bien van a hundirle la cabeza en el agua.

En una tensa reunión con el llamado Comité 1922 (el grupo parlamentario tory), May se vio obligada ayer a prometer que, pase lo que pase en la votación de la semana del 3 de junio, fijará un calendario para su salida. Hasta ahora su posición era que seguiría hasta que se aprobase el acuerdo de Retirada y comenzase la segunda fase del Brexit, la negociación propiamente dicha del acuerdo comercial. Pero, tras la debacle en las elecciones municipales y la todavía mayor que se avecina en las europeas, esos plazos han dejado de ser realistas. El partido le ha dado una pistola y le ha dicho que tiene dos posibilidades: o suicidarse en el momento de su elección pero preferiblemente antes del verano, o recibir un tiro.

Para May se acerca el final, para Boris Johnson tal vez el principio. El exalcalde de Londres y exsecretario del Foreign Office británico confirmó ayer que va a presentar su candidatura al liderazgo tory en cuanto quede vacante: “Sí, por supuesto que sí, no es ningún secreto”, dijo ayer en un simposio de negocios en Manchester. Eso sí, tendrá que competir prácticamente con todos los miembros del Gabinete, porque raro es el que no aspira a suceder a May: Sajid Javid (Interior), Jeremy Hunt (Asuntos Exteriores), Penny Mordaunt (Defensa), Michael Gove (Medio Ambiente), Liz Truss (secretaria del Tesoro...). Y con algunos que ya no forman parte del Gobierno, como Dominic Raab (exministro del Brexit). Los tories querrían elegir un nuevo líder en julio.(La Vanguardia)

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