Francisco terminará este viernes su semana de ejercicios espirituales fuera del Vaticano

El papa Francisco regresará mañana al Vaticano tras una semana de ejercicios espirituales en Ariccia, a 27 kilómetros de Roma, donde, desde el domingo, trató con la Curia temas como la situación de Siria y los desafíos actuales de la fe, con ejemplos cotidianos que fueron desde el escritor francés Emmanuel Carrere al film italiano contemporáneo "Perfectos Desconocidos".

El pontífice llegará a la residencia de Santa Marta hacia las 11 locales (7 de Argentina) tras una semana de ejercicios junto a la Curia en la casa Divino Maestro, donde, con eje en el Evangelio de Mateo, analizaron diversos aspectos de las escrituras.

Entre los temas que trataron las meditaciones diarias del pontífice, según cardenales y obispos que lo acompañaron, estuvo el drama de Siria, después de un correo electrónico que envió un franciscano desde Alepo para narrar el "calvario de la población".

En la meditación de este jueves, se abordó también el tema de los suicidios y la muerte asistida. El padre franciscano Giulio Michelini, guía de los ejercicios, citó textos de expertos y escritores como Romano Guiardini y Amos Oz.

Las meditaciones se enriquecieron incluso con "El Reino", la completa obra del francés Emmanuel Carrère en la que relata cómo perdió la fe tras haberla abrazado fervorosamente durante tres años.

Entre los disparadores de la vida cotidiana también estuvo el excelente film italiano contemporáneo “Perfetti sconosciuti” (Perfectos desconocidos), como ejemplo del mal de salud de la modernidad en la que la mesa, en vez de ser un lugar "de unidad y salvación" se revela como una suerte de confesionario de "adulterios y secretos".

La reflexión de estos días también tocó el tema de la dimensión teológica-antropológica del "comer juntos", que relacionaron con La Última Cena de Cristo.
"Podemos imaginarnos qué habrá sucedido en aquella cena", les dijo Michelini durante uno de los pasajes de su meditación de ayer, según se escuchó por Radio Vaticana.

En ese marco, la encíclica papal de 2015 Laudato si’ también ocupó un lugar destacado en la meditaciones, con su condena a "la desigual distribución de recursos".
"El alimento que se desperdicia es como si se robara de la mano de los pobres", precisó en esa dirección Michelini, quien pidió un "examen de conciencia sobre nuestra relación con la comida".

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