Los kurdos de Irak votan por su independencia en un clima de incertidumbre

Los kurdos, el mayor pueblo sin Estado del mundo, decidirán mañana lunes en Irak su independencia de ese país en un referéndum, en medio de un clima de tensión e incertidumbre ante las amenazas lanzadas por el poder central del país asiático, de sus vecinos, Turquía e Irán, y el rechazo generalizado de la comunidad internacional a la consulta.

El gobierno nacional en Irak elevó aún más la tensión hoy al exigir, a horas del referéndum, que la región autónoma del Kurdistán entregue el control de sus pasos fronterizos, entre ellos los aeropuertos; y, anticipándose a una victoria independentista, le recordó a los países de la comunidad internacional que deben tratar "exclusivamente" con Bagdad y no con Erbil, la capital kurda en el norte iraquí.
"Lo que vamos a decidir es si queremos seguir estando en manos del enemigo o ser libres para siempre", clamó está semana en un acto el presidente kurdo Masooud Barzani, quien aspira a ser el padre de un Estado que carece aún de hoja de ruta.

La pregunta de la consulta será: "¿Quiere que la región del Kurdistán y las áreas kurdas fuera de la administración de la región se conviertan en un estado independiente?"

Teniendo en cuenta que la mayoría de votantes de las zonas que participarán son kurdos con una extensa trayectoria histórica de búsqueda de la autodeterminación, el resultado será casi con toda seguridad un 'Sí' rotundo.

Sin embargo, no importa lo que decidan los habitantes de las zonas controladas por los kurdos: el referendo no tendrá efectos administrativos inmediatos ya que el gobierno nacional en Bagdad reafirmó hoy que desconocerá los resultados.

Cerca de 5,5 millones de kurdos se encuentran habilitados para votar, según estimaciones de las autoridades, en los 2.000 lugares de voto habilitados en las tres regiones que conforman el Kurdistán iraquí, desde 2003 una región semiautónoma dentro de las actuales fronteras del país del suroeste de Asia.

Inclusive, el referéndum -abierto a cristianos y yazidies residentes en el Kurdistán iraquí- también incluye a la provincia petrólera de Kirkuk, disputada por Erbil y Bagdad.

En las últimas semanas, delegaciones de las principales potencias mundiales viajaron a Erbil para tratar de convencer a Barzani de renunciar a tomar una "decisión apresurada" y, al menos, posponer el referéndum, pero el líder kurdo reafirmó que la minoría que el encabeza en Irak ya lleva casi 100 años esperando y reiteró que les llegó el momento de decidir.
"El referéndum ya no está en mis manos ni en las de los partidos políticos. Está en las del pueblo del Kurdistán. Es nuestro momento. No podemos seguir compartiendo techo con Bagdad", lanzó Barzani para defender un proceso que pone en juego un territorio cuya soberanía se disputan históricamente árabes y kurdos.

Estados Unidos, la ONU y la Unión Europea (UE) presionaron a Barzani para suspender el referéndum arguyendo que debilitará la lucha contra el grupo islamista radical Estado Islámico (EI), contienda en la que las milicias kurdas -aliadas y asistidas por Washington- se destacaron por sus logros.

En tanto, Irak aseguró que no reconocerá el resultado y al igual que las vecinas Turquía e Irán exigió a las autoridades kurdas anular la consulta y amenazó con represalias.

Turquía llegó a amenazar con una reacción armada e Irán realizó un ejercicio militar cerca de la frontera con Irak, una amenaza velada en estos momentos de tanta tensión en la región.
"No es tiempo de amenazas pero, si Irán, Turquía o Hashid Shaabi (las milicias paramilitares chiitas iraquíes apoyadas por Irán) atacan, nos defenderemos. Ya lo hicimos con el Daesh (acrónimo en árabe del grupo islamista radical Estado Islámico) y vencimos", afirmó el martes último Yaser Rushbayani, un capitán peshmerga, como se conoce a los milicianos del ejército de facto del Kurdistán iraquí, citado por la agencia de noticias EFE.

Pese al fervor por esta consulta histórica, los ciudadanos kurdos no ocultan su temor ante posibles represalias económicas o militares tras el referéndum o durante la jornada de votación.

Considerados grandes guerreros -kurdo significa héroe en persa-, paradójicamente siempre vivieron dominados.

Sin embargo, en el último siglo los kurdos no cesaron en su empeño de reivindicar el Tratado de Sevres, en 1920, consensuado por los aliados al final de la Primera Guerra Mundial, que reconocía su independencia en agradecimiento a su ayuda durante la contienda, pero que nunca se ratificó.

Ese tratado fue sustituido por el de Lausana, tres años después, que omitió por intereses petrolíferos la promesa hecha al pueblo kurdo y el territorio que históricamente le pertenecía fue repartido entre Turquía, Irak, Irán, Siria y Armenia.
"El referéndum es nuestro último recurso, no tenemos alternativa porque en Irak ya no existe el principio de vivir juntos", dijo el miércoles en una conferencia de prensa en Ginebra el secretario del Consejo Provincial (Poder Ejecutivo) de Erbil y miembro de la Alta Comisión Electoral, Hallan H. George.

Los kurdos, unos 35 millones de personas según las estimaciones más conservadoras, son el mayor pueblo sin Estado del mundo y la tercera minoría étnica más importante en número del oeste de Asia, tras árabes y turcos.

Su población se reparte entre Turquía con 20 millones, Irán con 6,5 millones, Irak con 6,5 millones, Siria con un millón y Armenia con 300.000; además de su amplia diáspora en Europa y Estados Unidos.

El subsuelo del Kurdistán está considerado como una de las mayores reservas petrolíferas de Medio Oriente. Prácticamente todo el crudo extraído por Turquía y Siria y un tercio del de Irak procede de los pozos perforados en territorio kurdo.

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