Sólo en seis distritos en todo el país habrá competencia en las PASO, las más caras desde 2009

La Argentina puso en marcha anoche, con el cierre de listas de precandidatos legislativos, la cuarta convocatoria a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), luego de la sanción de ley que determinó su creación en 2009.

Sólo en seis distritos habrá efectivamente primarias el 13 de agosto próximo, pero en cinco (Chaco, Capital, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) la competencia interna será parcial. Exclusivamente en La Rioja, todas las agrupaciones políticas se someterán a la contienda entre espacios de un mismo signo político.

No son pocos los que aseguran que las PASO de este año, en una inmensa mayoría, se convertirán en una gran encuesta formal y nacional de los candidatos que lidiarán en las elecciones generales y definitivas del 22 de octubre.

Muchos suman también, en la mirada negativa al procedimiento electoral de las PASO, el costo que sobrelleva el esfuerzo comicial primario, unos 2.800 millones de pesos, sólo para que unos pocos partidos en todo el país diriman a sus candidatos.

La creación de las PASO, promovidas por el kirchnerismo, con amplio respaldo en su momento, buscó, básicamente, que las diferencias internas en los partidos, en cuanto a las candidaturas, se resuelvan en elección popular, de modo que sea la gente la que exprese con el voto quiénes están más preparados para seguir en carrera hacia los comicios definitorios y quiénes no.

Se intentaba poner fin a la influencia de los "aparatos" partidarios, siempre propensos a negociaciones a espaldas de los afiliados y de la ciudadanía en general.

Sin embargo, esta vez, y sobre todo, en el caso de los distritos más decisivos, como la provincia de Buenos Aires, el "dedo" de los dirigentes principales y los acuerdos partidarios parecen desdibujar aquel argumento de que las PASO darían transparencia en la elección de los candidatos, método que más utilizó el propio oficialista Cambiemos en la mayoría de los distritos.

De todos modos, y, en especial, en la provincia de Buenos Aires, se abre una serie de interrogantes en el sentido de cómo responderá el electorado frente a la fractura de hecho del peronismo en tres vertientes con distintos orígenes justicialistas, como el de la ex presidenta Cristina Kirchner, el del diputado Sergio Massa y el del ex ministro Florencio Randazzo, aunque este último deba competir contra un desconocido hombre del intendente, Mario Ishii en las primarias.

Aparte de que, a priori, Cristina recogería las mayores adhesiones, la gran incógnita de la elección bonaerense es el papel que jugará Massa, e incluso el propio Randazzo.
¿Se dará la polarización que están buscando el presidente Mauricio Macri y Cristina? ¿O Massa será un tercer y decisivo protagonista? ¿Cuántos votos sumará Randazzo?

Por estas horas, por ejemplo, se empezaron a escuchar comentarios sobre la posibilidad de que potenciales votantes de Cambiemos en la provincia podrían llegar a sufragar por Randazzo para, de alguna manera, limar el número final de la ex mandataria.

Pero, claro, nada está ganado ni perdido. Ninguna encuesta es segura, ni ningún análisis previo que pretenda pronosticar cómo se moverá el electorado en estas PASO en territorio bonaerense puede tomarse como definitivo.

Lo que sí es seguro es que las primarias del 13 de agosto serán las más caras de la serie iniciada en 2011, si comparamos la escasa proporción de internas efectivas frente a las listas únicas en todo el país.

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