Capitanich sostiene que “es imposible realizar internas” y quiere ir por el consenso aunque no niega diferencias

Carta abierta al Consejo Nacional Federal del Partido Justicialista, a los afiliados, simpatizantes de nuestro movimiento:

Queridas compañeras y compañeros:

Nuestro partido enfrenta hoy una responsabilidad insoslayable: ser oposición política y defender los derechos adquiridos de nuestro pueblo construidos sucesivamente a través de 70 años de nuestra historia política.

Pero la historia argentina es mucho más extendida y se expresa en los últimos 206 años de organización institucional con las contradicciones típicas de dos proyectos políticos antitéticos que se manifestaron con diferentes acepciones: desde federales y unitarios, liberación o dependencia o lo que hoy definiría esencialmente esta etapa: democracia o corporaciones.

Nosotros sostenemos la necesidad de asumir el rol protagónico que nuestro pueblo nos ha colocado, esto es, de gobernar las provincias y municipios para los cuales fuimos elegidos pero hacer oposición política en la Nación en virtud del respaldo del 49 % de los votos de los argentinos que no apoyaron al gobierno del actual Presidente de la Nación.

En este contexto, advertimos con absoluta contundencia la necesidad de expresar nuestra posición política a los efectos de no ser funcionales al gobierno ni formar parte de una centroderecha de base neoliberal que ineludiblemente nos arrastrará a la mimetización de un proceso político con consecuencias irreversibles.

Nuestro espacio de oposición política es precisamente articular una centroizquierda de base populista y progresista que exprese a los trabajadores en lucha, a los desocupados, a quienes pudieron ejercer derechos en el marco de la estrategia de inclusión social en los últimos 12 años y medio de gobierno.

Fuimos elegidos para ejercer la oposición política que en democracia fortalece el sistema político e institucional y es el único freno a medidas de carácter unilateral de matriz autoritaria.

La gobernabilidad política no se garantiza cediendo ante la extorsión del gobierno. Nuestra historia demuestra la existencia de una tensión política: gobernabilidad y calidad institucional. En muchas oportunidades el sistema político privilegió la gobernabilidad en aras de la calidad institucional produciendo un resquebrajamiento en el sistema institucional.

El sistema político se fortalece cuando el oficialismo ejerce las atribuciones del gobierno respetando la Constitución Nacional y las leyes que reglamentan su ejercicio, y al mismo tiempo, la oposición ejerce control político y establece los límites a la pretendida hegemonía de los partidos o coaliciones gobernantes que luego deviene en mesianismo fundamentalista con las consecuencias nefastas en el ordenamiento institucional.

La oposición debe ser al mismo tiempo un límite a la hegemonía y paralelamente, debe construir alternancia administrando las expectativas del pueblo argentino ante el fracaso de la gestión por equivocaciones en la ejecución de las políticas públicas en su propio perjuicio.

No queremos un partido funcional a este modelo que nos propone exclusión social, endeudamiento sin límite, tarifazos a mansalva, apropiación indebida de los recursos de las provincias y municipios, discriminación y persecución política, adopción presente y futura de las nefastas recetas del Fondo Monetario Internacional, licuación del salario real de los trabajadores y de quienes perciben ingresos derivados del sistema de protección social, sumisión a los intereses corporativos y de las potencias extranjeras, destrucción de la industria nacional y de las pequeñas y medianas empresas, aumento del desempleo y un estado minimalista sin capacidad de poner límite a la apropiación de la riqueza por parte de unos pocos provocando de este modo fuertes asimetrías en la distribución del ingreso.

No queremos un partido en silencio que calle ante estas injusticias, no queremos un partido con actitud vergonzante que calle las legítimas demandas de nuestro pueblo, no queremos un partido que calle ante tarifazos alevosos que destruyen el bolsillo de nuestro pueblo generando más pobreza, indigencia e inequidad distributiva.

No queremos un partido que mire para otro lado cuando las corporaciones se apropian de la voz, de la imagen, de los datos, de la palabra y del relato de sus propios intereses limitando nuestra democracia a un sistema meramente formal “con gerenciamiento de la corpocracia”.

No queremos un partido que subsumido en elecciones internas mientras cada día hay miles de desocupados por las políticas de ajuste y los empresarios y comerciantes observan impávidos la reducción de sus ventas con el efecto letal que percibimos quienes tenemos responsabilidad en la administración financiera y fiscal del estado.

No queremos un partido que consienta negociaciones con el gobierno en contra de nuestros propios intereses, pues esta extrema brutalidad en políticas de ajuste nos lleva a una crisis fiscal irremediable producto de la caída estrepitosa de los recursos coparticipables.

No queremos que las corporaciones nos digiten los candidatos, que administren el estado en función de sus propios intereses designando gerentes en el Poder Ejecutivo, empleados en el Poder Legislativo y escribientes que hacen las veces de jueces en el Poder Judicial.

Por favor! Queremos un baño de humildad para escucharnos, para saber qué nos pasa, para debatir política en sentido amplio sin los condicionamientos de urgencias electorales.

Nuestro partido debe ser el espacio de expresión de los matices, de las disidencias, de la diversidad de ideas.

Queremos un partido organizado, moderno, con capacidad de generar espacios de debate para lograr la unidad de concepción en aras de lograr la unidad de acción. Y si no es posible lograr la unidad de concepción, entonces, será el momento de mirarnos a los ojos para emprender nuevos caminos que nos permita plasmar nuestros ideales.

No debe ser una tragedia romper lanzas. No debe ser una derrota expresar nuestras diferencias. Mucho peor es pretender prolongar la agonía de un pensamiento que no sintetiza la aspiraciones de lo que efectivamente pensamos. Nuestro pueblo se encarga siempre de establecer una nueva síntesis que supere preexistentes contradicciones.

Queremos un partido que sea capaz de alzar su voz en el escenario internacional con el objeto de promover una organización política de carácter internacional de base justicialista que implique poner freno a la concentración de ingresos, a la injusticia social, a la destrucción del planeta y a la inequidad distributiva a escala mundial que sólo promueve guerras fratricidas que amenazan la paz mundial.

Queremos un partido que sea capaz de expresar la voz de los que no tienen voz, que frene la represión de los trabajadores y desocupados, que ponga límites al autoritarismo del gobierno.

Queremos un partido que sienta orgullo por lo que hicimos, y que sienta la pasión colectiva de luchar por nuevos desafíos para resolver los problemas que aún quedan pendientes.

Queremos un partido que nos represente a todos, pero sin ambigüedades y predispuestos a hacer un guiño al gobierno de turno por el sólo hecho de propiciar especulaciones políticas coyunturales o ceder todo a cambio de migajas.

Y en ese contexto, nosotros advertimos que objetivamente es imposible la realización de elecciones internas por varias razones: a) por la complejidad de la organización y fiscalización del acto electoral para más de 3,5 millones de afiliados , b) por la estructura de costos y las erogaciones que esto insumiría en un contexto de más de 100.000 despidos promovidos por este gobierno, c) por las exigencias en el cumplimiento de requisitos formales y sustanciales que promueve barreras de entrada a la competencia electoral interna, d) por las dificultades para obtener un padrón representativo, transparente que incorpore genuinamente a todos los afiliados que desean participar en este proceso electoral.

Pero esto no implica renunciar a la construcción de una transición ordenada con un horizonte temporal que implique en un período de tiempo determinado hacer elecciones democráticas resolviendo los impedimentos actuales.

Nosotros no queremos agudizar contradicciones secundarias, ni tampoco discutir candidaturas pues queremos privilegiar la unidad del campo popular a través de su diversidad de expresiones en la construcción de una oposición al gobierno actual para construir alternancia democrática.

Pero al mismo tiempo advertimos que quienes lideraron la ruptura del bloque en la Cámara de Diputados de la Nación para ser funcionales a la estrategia del oficialismo, quienes se beneficiaron explícitamente por medidas directas e indirectas del gobierno nacional a sus respectivos gobiernos que también incluyen otros intereses subalternos, quienes indujeron a legisladores que teóricamente representaban el arco opositor para servir vilmente a los intereses de los fondos buitres generando un precedente ruinoso para el país deben reflexionar respecto al rol que pretenden asumir, pues no representarían la expresión colectiva de todos los espacios internos.

El pretexto no debe ser ni la edad, ni tampoco la supuesta prescindencia en contiendas electorales futuras. “Cada peronista lleva en su mochila el bastón de mariscal” dijo Perón, por lo tanto, no es necesario renunciar a nada, simplemente es necesario y preciso ser coherentes con todo.

Nosotros instamos a construir unidad en la transición, pero unidad sin plataforma constituye un acuerdo sin contenido, en definitiva vacío que no representa los intereses de los afiliados sino el interés de una cúpula diminuta.

Entendemos que esta etapa de transición por la imposibilidad fáctica de llevar a cabo elecciones internas debe generar las condiciones para establecer un consenso en base a 10 puntos:

1.1. Definir el posicionamiento internacional del justicialismo como partido político para evitar los continuos cambios desde la internacional socialista a la liberal, o social cristiana. Desde la reafirmación del espíritu inicial de la tercera posición ideológica es preciso avanzar en una internacional justicialista con el objeto de promover la paz universal, la protección del medio ambiente, la justicia social, la autodeterminación de los pueblos, la defensa de su soberanía y la plena vigencia de la identidad de los pueblos propiciando la dignidad de la persona humana en el marco de la evolución de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.

1.2. Establecer la necesidad de convocar a un debate amplio respecto a la actualización doctrinaria, la superación de la tensión entre partido y movimiento, la reafirmación de los principios, objetivos y de nuestra ideología, filosofía y formas de ejecución.

1.3. Organizar un nuevo congreso de política y filosofía con el objeto de discutir profundamente el nuevo escenario mundial, y las nuevas corrientes de pensamiento que contribuya al desarrollo autónomo de nuestro país como una alternativa al neoliberalismo excluyente e injusto.

1.4. Organizar congresos de economía, trabajo y empleo, educación, discapacidad, ciencia y tecnología, transporte y logística integrada, integración económica internacional, política exterior, desarrollo social y humano, salud pública, cultura, federalismo fiscal, sistema político y electoral, desarrollo municipal, y otros congresos que seguramente surgirá del aporte de los compañeros y compañeras de todo el país.

1.5. Fortalecer y revitalizar el Instituto Gestar con el objeto de promover la formación de cuadros políticos en todo el territorio nacional con metas precisas para lograr resultados de gestión.

1.6. Organizar una mesa de acción política con una conducción colegiada con la participación de 3 Gobernadores, 3 Intendentes, 3 representantes gremiales, 3 representantes del empresariado, 3 representantes de los movimientos sociales , 3 representantes de cada Cámara del Congreso de la Nación y 3 miembros de la conducción del Partido Justicialista para diseñar y ejecutar un plan de acción.

1.7. Organizar un foro de legisladores provinciales y municipales con el objeto de aumentar la participación y representación de los compañeros y compañeras de todo el país.

1.8. Organizar el foro de trabajadores y empresarios para garantizar la participación de todos en el diseño de la defensa de los intereses de la patria.

1.9. Organizar la Fundación Partido Justicialista como herramienta para articular un sistema de financiamiento transparente a los efectos de garantizar la movilización de nuestros compañeros y compañeras en la organización de eventos políticos y/ gremiales.

1.10. Generar las condiciones para que la sede partidaria adopte un esquema de modernización que permita la optimización de su funcionamiento mediante el uso apropiado de la tecnología de informática y comunicaciones, el sistema de redes, el diseño de multimedia y la selección de un equipo profesional de seguimiento de las noticias e iniciativas a los efectos de responder inmediatamente con comunicados, expresión de voceros autorizados y la generación de iniciativas nuevas a las acciones del gobierno, proponiendo en forma inmediata la conformación de un gabinete de oposición para transmitir claramente nuestras ideas.

Esta es una propuesta amplia, plural, democrática, respetuosa que pretende construir un camino de oposición y de alternancia, de consenso sin claudicaciones y esperanza para lograr una verdadera participación del pueblo peronista en el cumplimiento de nuestros dos grandes objetivos: la grandeza de nuestra patria y la felicidad de nuestro pueblo.

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