22 de marzo: Día Mundial del Agua
En 1992 la Asamblea General de Naciones Unidas estableció el 22 de marzo como Día Mundial del Agua. Bien imprescindible para nuestra vida, el recordatorio apunta a tener presente que, en un mundo cubierto en sus dos terceras partes por agua, una gran parte de sus habitantes no tienen acceso a la cantidad de agua potable necesaria para su supervivencia.
Se invitó entonces a los diferentes Estados a consagrar este día, en el marco del contexto nacional, a la celebración de actividades concretas como el fomento de la conciencia publica a través de la producción y difusión de documentales y la organización de conferencias, mesas redondas, seminarios y exposiciones relacionadas con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos.
El difícil acceso al agua potable es la causa de enfermedades y pobreza para 1.500 millones de personas. El agua apta para uso humano, es decir potable y de fácil acceso es un bien escaso; esto no se debe sólo a las condiciones naturales de determinadas regiones, sino que tiene estrecha relación el aumento de la población, el no cuidado y la contaminación.
Tal es así que este problema es considerado como el desafío más importante que debe afrontarla humanidad en el siglo XXI. Además del agua para beber, la agricultura, la industria, la higiene y la salud, la calidad ambiental, las posibilidades de desarrollo de un territorio y su población dependen del agua, de su calidad y de su consumo racional.
El porcentaje de la población mundial que utiliza fuentes mejoradas de abastecimiento de agua potable pasó del 77% en 1990 al 87% en 2008, aumento compatible con la consecución de la meta de los ODM relativa al agua potable. No obstante, es necesario un mayor esfuerzo para reducir las diferencias entre las zonas urbanas y rurales.
En nuestro país, 32.777.819 personas disponen de agua de red, (Año 2010, Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas) lo que significa la incorporación de 4.614.715 personas a este servicio con respecto al Censo 2001.