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La restricción externa (Por José Denaro)


EL CAMINO AL DESARROLLO Y EL PROBLEMA DE LA RESTRICCION EXTERNA.

ARGENTINIZACIÓN DEL EMPRESARIADO ARGENTINO INDUSTRIAL

La restricción externa consiste en la escasez de divisas para abastecer a la industria que demanda crecientemente insumos, bienes de capital y tecnología importados, en especial, en un ciclo de crecimiento económico.

Además se suma el incremento de importaciones originado por el aumento del consumo interno, generado por la elevación de los ingresos de la población.

Significa específicamente que las importaciones industriales superan a las exportaciones industriales, generando un déficit en la balanza comercial del sector. 

La industria creciendo, exige en forma creciente insumos y bienes de capital importados a un ritmo superior al crecimiento de las exportaciones industriales. 

Se trata de la dificultad histórica, generada por la falta de divisas para la integración de la cadena de producción vertical y horizontal, adecuada para el desarrollo armónico de la economía. 

La restricción externa la padecemos desde siempre y no es un fenómeno argentino, sino que todos los países que alcanzaron el desarrollo y los que tienen como objetivo alcanzarlo, son atravesados por este problema

Avanzando en el proyecto de crecimiento económico con inclusión social, comienza un renacimiento de la industria generalizado. Y podríamos decir también desordenado, hasta lograr un nivel que permita pensar en la planificación de un desarrollo industrial integral y equilibrado a mediano y largo plazo. 

El crecimiento de la economía trae aparejado, en un punto, la restricción externa, planteando crudamente la falta de divisas, que se convierte en un duro desafío a resolver. 

Aclaro que solamente nos referimos al balance de exportaciones e importaciones industriales, dado que es ése el desequilibrio que nos interesa analizar para resolver la restricción externa. 

El objetivo fundamental consiste en lograr que las exportaciones de origen industrial superen a las importaciones necesarias para el desenvolvimiento de la industria, es decir, obtener un resultado en el balance superior, o en todo caso equilibrado

El crecimiento del PBI argentino desde el año 2003, inicia un ciclo de crecimiento que alcanza a la fecha a duplicar su volumen, y con esta expansión reapareció la limitación de la falta de dólares. En los primeros años de este proyecto se fue cubriendo la enorme capacidad ociosa que había dejado la debacle resultante del proceso 1976 – 2001, no haciéndose presente esta dificultad. Esta situación aparece de la mano del déficit comercial de la industria, en particular en el sector autopartista, el sector de electrónica y del complejo químico, sectores en que las importaciones de insumos específicos superaron a las exportaciones del sector.

Las políticas de superación del permanente problema de la  restricción externa, se basan fundamentalmente en políticas de Estado, que como ya fue dicho, se están ejecutando, además de trabajar intensamente en la planificación a corto, mediano y largo plazo. 

Dado que se está trabajando en las estrategias de resolución definitiva de esta importante restricción, adecuándolas a la realidad actual tanto nacional como mundial      se puede ir pensando en algunas líneas básicas orientadas hacia la sustitución de importaciones relacionadas con las exportaciones, particularmente en la orientación y estímulo de la fabricación de productos necesarios para satisfacer el mercado interno, pero que fundamentalmente tengan mercado de exportación

Esto implica estimular selectivamente la sustitución de importaciones, con el objetivo de incrementar nuevas exportaciones con valor agregado, generando de esta manera un beneficio a dos puntas: por un lado un incremento de divisas por exportaciones y por el otro una disminución de las importaciones sustituidas por el desarrollo de la industria interna. De esta manera, será necesario estimular aquellos procesos industriales que sustituyan importaciones antes que otros que resulten menos prioritarios

Este proceso iría acompañado de la búsqueda agresiva del incremento de las exportaciones, para lo que podría utilizarse la enorme red que constituyen los agregados comerciales en todas las embajadas del mundo, donde pueda haber compradores de productos industrializados de nuestra producción nacional, además de las salidas de misiones comerciales con empresarios en la búsqueda de nuevos mercados. 

Tomando el objetivo del desarrollo como política de Estado, sería adecuado el cuidado de las divisas disponibles, y que durante el tiempo necesario, se administre y en tal caso, se restrinja el uso de divisas en rubros superfluos o de menor prioridad. 

El camino hacia el desarrollo de nuestra economía, requiere volver a rearmar la cadena productiva como requisito, para llegar a un sistema industrial integrado, que nos permita producir aquí la mayoría de los insumos que necesita nuestra industria, ahorrando cuantiosas divisas. Este tema confronta con el alto grado de extranjerización de nuestra economía y la necesidad de argentinizar la misma con la constitución de un empresariado nacional. 

Si bien es cierto que la ausencia de un empresariado nacional es uno de los déficits estructurales, resulta necesario impulsar, con todos los desafíos que la cuestión representa, la formación de un empresariado nacional, creando los estímulos necesarios para su desarrollo y organización. Promoviendo el aumento en la participación relativa dentro del conjunto del sector industrial y colaborando con inversiones en el desarrollo y utilización de la ciencia y tecnología, aprovechando el gran paso dado por el gobierno al elevar todo lo que es investigación en ciencia y tecnología a la categoría de Ministerio, y salir con ingenio propio a promover entre otras, exportaciones que incluyan conocimiento y creatividad argentina, que resultan ser el valor agregado de más alto precio. 

El tema de la restricción externa como dificultad para alcanzar el desarrollo industrial con inclusión social, por su estratégica importancia, merece ser debatido por todas las fuerzas y estamentos relacionados con disposición y sentido verdaderamente nacional. 

No puede dejar de decirse que  el proyecto de desarrollo con inclusión social, incluye e integra a todos los sectores del campo, con la más alta tecnificación y desarrollo, con una fuerte estructura industrial autosuficiente y adecuadamente desarrollada. Es decir, una armoniosa integración de todos los sectores de la economía para un crecimiento sustentable a largo plazo y con inclusión. 

Es la primera vez que ejerciendo nuestra soberanía, podemos encararlo. Desde que en 1955, se interrumpe abruptamente por el bombardeo a la Plaza de Mayo y el sangriento golpe cívico-militar, el primer gran proyecto industrial de nuestro país, iniciado en 1945 por el gobierno del Gral. Perón. Desde esa fecha y hasta el 2003, fueron 60 años en que absolutamente todos los gobiernos fueron dependientes de una nefasta oligarquía agro-exportadora, conjuntamente y coordinadamente, con poderes extranjeros imperiales que fueron quienes decidieron y nos condujeron al desastre y a la casi disolución del país en el año 2001, con políticas conservadoras y neoliberales, que son la antítesis del proyecto nacional y popular con industrialización y desarrollo integral. 

Las confrontaciones permanentes, son producto del enfrentamiento de dos modelos de país antagónicos. Por un lado, un país que integra las actividades del campo armonizando con un desarrollo industrial integral inclusivo, forjando el futuro y bienestar del conjunto del pueblo. Y por otro lado, un país para pocos que vive en la ostentación de la riqueza y que deja fuera del sistema a las grandes mayorías sumidas en una feroz exclusión, una miserable pobreza y la indignidad como seres humanos. 

Se trata de las corporaciones de poder conservador neoliberal, quienes se consideran dueños del país, comprometidos con el mantenimiento de un modelo solamente agro-exportador excluyente e importador de todo lo que necesitamos. Instalan y construyen en la sociedad, a través de los medios de comunicación que ellos mismos manejan, un sentido común afín a seguir siendo el granero del mundo.  

El camino hacia la construcción de una economía desarrollada, se ha visto bloqueado, a lo largo de la historia, por estos factores de poder que permanentemente han decidido exclusivamente por sus intereses sectoriales. 

Estas dificultades además, se materializan, por ejemplo, con el ingreso de multinacionales monopólicas, que dificultan de diversas formas el crecimiento de la industria, llevándola a lo que se da en llamar una “estructura productiva desequilibrada. Esta es producida por la falta de integración de la actividad manufacturera, que fue originada por el desmantelamiento de la cadena de producción, ocasionado por las políticas neoliberales.

La apertura desregulada del ingreso de inversiones extranjeras, permitió que nuestra economía sea una de las más primarizadas y extranjerizadas del mundo, reemplazando áreas de la industria que antes de su destrucción formaban parte de la industria nacional.

Es importante recordar que la Argentina durante los gobiernos del Gral Perón, había alcanzado el más alto nivel de desarrollo industrial de toda Latinoamérica.  En la década de 1945 a 1955 ya fabricábamos barcos, aviones, autos, locomotoras con decenas de miles de obras públicas de infraestructura a lo largo y ancho del país.  Después de 60 años de desindustrialización organizada y sistemática, y en especial a partir de 1976, que se convierte en política de Estado (esencialmente Dictadura y Menemismo), llegamos al 2003 con la industria arrasada, importando hasta los escarbadientes. 

De las 500 grandes empresas que operan en el mercado interno, 300 son filiales de multinacionales. Estas filiales se instalan en el país con planes que responden estrictamente a los intereses de la casa matriz de la cual reciben órdenes. 

Los planes de desarrollo de las empresas multinacionales –producto de la desregulación – no tienen nada que ver con los planes de nuestro país, con los proyectos de nuestro gobierno y de nuestro pueblo, y tampoco con nuestras políticas de Estado (ahora Kirchnerismo), resultando casi siempre antagónicos. 

Sólo vienen a maximizar ganancias y llevarse divisas generadas en nuestro país, a su país de origen, exacerbadas por la presente crisis económica y financiera mundial, de la que sus propios países forman parte, sin importarles las obligaciones con el país donde están radicadas, y en forma totalmente independiente de la política económica nacional y sus necesidades. 

En el necesario desarrollo de nuestra política de sustitución de importaciones, las corporaciones multinacionales juegan en contra, dificultando nuestro propio desarrollo industrial, obstaculizando o impidiendo el reemplazo de productos e insumos que solo les interesa importarlos de su casa matriz. Esto atenta contra los intereses nacionales y atenta contra cláusulas contractuales, que establecen que un margen de las utilidades obtenidas deben ser invertidas para nuestro proceso de sustitución de importaciones, colaborando con el impulso de las nuevas industrias, para la producción de nuevos productos que reemplacen productos importados..

Así, las corporaciones multinacionales obstaculizan, por lo tanto, la solución del problema de la restricción externa, en función de sus intereses de seguir importando de su propia casa matriz y dejando las cosas como están, convirtiéndose en obstáculo y problema en el camino de la solución.  

Siguiendo con las empresas multinacionales, hay otro tema que apunta a la escasez de divisas y que está relacionado con los precios facturados entre sí, por subsidiarias de empresas multinacionales en nuestro país, con otras ubicadas en otro país, y que mediante la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación de importaciones manipulan las utilidades de sus balances y transfieren las ganancias sujetas a impuestos, al país donde la carga impositiva es menor y que en general son paraísos fiscales. Resulta ser, además, un claro mecanismo de evasión y fuga de capitales!!!!!!!! 

La aplicación de las leyes antimonopólicas se ve obstruida por una parte del poder judicial, como veremos más adelante. 

Otra de las dificultades es que en el año 2011 se produce la pérdida del autoabastecimiento energético, generando un balance negativo en los combustibles, presionando sobre la necesidad de divisas, atacando parte del superávit comercial.  

Esta situación es producida por el extraordinario crecimiento del consumo de la población, acompañado por un importante crecimiento industrial, que demanda más combustible, sumando a esto el vaciamiento de la empresa YPF en manos de los españoles, que arrasaron la empresa y por lo tanto ni siquiera estaba en sus planes encarar las inversiones necesarias para acompañar el crecimiento. 

Es de destacar que la balanza comercial argentina viene dando superávits importantes desde 2003. Suficiente como para absorber tanto la compra de combustibles producida por la pérdida del autoabastecimiento energético como para absorber el déficit de la balanza comercial industrial. Entonces, a pesar de los déficits por energía e industria, el total que incluye todos los rubros de exportaciones e importaciones, continuó dando un elevado superávit comercial. 

Es fácil imaginar el volumen del superávit comercial que se obtendría después de solucionar el abastecimiento energético y el déficit en la balanza industrial. 

La estatización del 51 % de las acciones de YPF, representa un revolucionario paso para nuestra soberanía nacional y energética, considerando el desastre que dejó el manejo de la empresa española, que produjo el vaciamiento de la empresa con la obvia desinversión y llevándonos a un desabastecimiento enorme. 

El manejo por parte del Estado, ha dado vuelta la empresa y el horizonte de YPF es  tal que genera un optimismo que permite pensar en lograr el autoabastecimiento antes de lo pensado inicialmente. Los nuevos descubrimientos de pozos no convencionales, puede convertirnos en uno de los pocos países poseedores de esta nueva tecnología y llegar a ser en un corto plazo un país exportador de gas, petróleo y subproductos elaborados. 

Es necesario tener en claro, que llevar adelante el proyecto industrial actual y alcanzar el desarrollo integral con inclusión, se da de patadas con el proyecto agroexportador excluyente y extranjerizador de la oligarquía y las corporaciones. Estas fueron y siguen siendo, el poder real de la Argentina, por lo que de ese minúsculo sector muy poderoso, siempre son esperables obstáculos. 

Los vertiginosos cambios de los últimos años en la Argentina, en la región y en el mundo en su totalidad, traen aparejado un sustancial cambio cultural, que influye modificando notablemente las estructuras del poder. La batalla cultural está en marcha. 

A lo largo de las últimas décadas, la oligarquía ha logrado tallar, particularmente en la clase media, la idea de que el “campo” y la reinstauración del modelo agro-exportador es la solución a todos los problemas del país, siendo que solo resuelve su desmedida avaricia e impulsa y estimula, por vía de sus propios medios de comunicación, a una abyecta desinformación y tergiversación de la información, que produce tal estado de confusión en amplios sectores medios, que los llevan a predicar y actuar increíblemente en contra de sus propios intereses !!!!  

La realidad es, que la renta del “campo” no es de un sector, sino que es de todos los argentinos y es indispensable para financiar el desarrollo industrial, que también es de todos los argentinos. 

Instalaron en el sentido común a través de décadas, de que a todos nos interesa y es bueno para el país, liberar y desregular las actividades del “campo”. Que las retenciones deben ser cero y que el “campo” es la “patria”, es la “república” y la “democracia” y “todos somos el campo”, mezclando y confundiendo sus intereses sectoriales con los de la patria toda. 

La verdad es que ese sector minúsculo quiere apropiarse del total de la renta que no les pertenece. Las causas se encuentran en la matriz de la renta que la oligarquía usufructúa desde sus inicios, por la extraordinaria productividad de nuestras tierras, para generar montañas de dinero sin hacer prácticamente nada.  

Esto se explica cómo nos ilustra el historiador Norberto Galasso, definiendo la renta agraria diferencial. que describe como la renta extraordinaria producida por las tierras más fértiles del mundo, casi únicas en el planeta y que la naturaleza puso en nuestras manos, para todos los argentinos. 

Suponiendo que producir un kg de carne cuesta en la Argentina $. 1.- en el resto del mundo producir ese mismo kg cuesta $. 7.- Y si ese kg de carne tiene un precio internacional de $. 10.-  Los argentinos ganan $. 9.- y los productores del resto del mundo ganan $. 3.- 

Queda claro que esos $. 6.- por kg de diferencia con el resto del mundo no tienen nada que ver con la dedicación y el esfuerzo personal, ni con inversiones adicionales en tecnología ni de otra índole. Esa renta agraria diferencial, incuestionablemente, le pertenece al conjunto del Pueblo Argentino.  

Esto explica profundamente la necesidad de utilizar las retenciones a las exportaciones de los productos del campo, con todo lo que eso implica en la determinación de los precios internos, la correspondiente recaudación  y su efecto sobre la distribución de los ingresos. Si no existieran estas retenciones, los precios de nuestros productos se equipararían a los precios internacionales. 

Queda establecido de esta manera un sistema de tipo de cambio múltiple: un dólar bajo para el sector primario a través de las retenciones, que de todos modos seguirá siendo altamente rentable para el sector, por su elevada competitividad internacional, dada por la extraordinaria fertilidad de las tierras. Permite de esta manera preservar el salario real y el dinamismo de la demanda interna, motor propulsor del crecimiento. Y un dólar alto para sectores industriales exportadores, que además se complementa, con líneas de crédito blandas, desgravaciones impositivas y reintegros impositivos. 

Vale la pena insistir sobre la abyecta y grotesca impunidad de una parte importante del poder judicial, que al servicio de la oligarquía, pone siempre obstáculos y piedras en el camino para los avances del pueblo. Son el último bastión, en pie e intocado, que durante toda la historia ha estado al servicio casi exclusivo de los poderosos y tanto daño le ha hecho al pueblo argentino.  

Este poder “independiente” de los otros dos poderes: el ejecutivo y el legislativo, es indisimulada y absolutamente dependiente de las corporaciones económicas y del conjunto del poder real, de donde nutre sus principales cuadros.  Han sido y son un obstáculo que el poder coloca para atacar todos los pasos en la construcción del desarrollo sustentable y duradero decidido democráticamente por el pueblo. 

Su función principal es la defensa de los intereses de esas corporaciones y de sus personeros o dueños. Y esto ha sido así a lo largo de nuestra historia. Nunca fueron tocados y ¡! ojo ¡!……con tocarlos.  

Todos los juicios penales de la gigantesca corrupción privada, que son muchos y resonantes, nunca dieron como resultado que vaya preso un rico ó poderoso, a pesar de que las denuncias puedan haber transitado las primeras planas de los medios de comunicación. Los jueces “cajonean” y luego las causas prescriben y ……yá está ¡!   

Por primera vez en toda la historia argentina, en el año 2014, un gobierno se propone democratizar al poder judicial, presentando al Congreso Nacional 5 proyectos de democratización de la justicia, donde uno de ellos es para que el conjunto del pueblo de la Nación, en elecciones libres, pueda elegir a los representantes del Consejo de la Magistratura, que tiene en sus funciones la elección de los jueces, sancionar el mal desempeño de los jueces, además de definir tiempos de duración de los juicios, duración limitado de los mandatos de los jueces como cualquier otro funcionario, la publicación de las declaraciones juradas de los jueces y la publicación de la marcha de los juicios para dar transparencia a los actos judiciales, además de muchas otras medidas.  

Las 5 leyes fueron aprobadas por amplias mayorías en el Congreso Nacional, tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores. Fue promulgada además por el Poder Ejecutivo Nacional y puesta en funciones. 

Y que pasó ??.  Pasó que la “familia judicial”, o sea esa parte del poder real, no pudo digerir semejante trago y entonces su brazo ejecutor: la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la declaró inconstitucional.

Una ley del Pueblo y de la Constitución Nacional. sancionada por los legítimos representantes del conjunto del pueblo argentino en plena posesión de sus atribuciones constitucionales:  Inconstitucional.  ¡! Así de increíble ¡! 

Esto pone en blanco sobre negro la dimensión de la lucha por la liberación contra estos nefastos poderes y de las cadenas que quieren seguir atando al Pueblo con el atraso y la dependencia.

Se hace indispensable y urgente una reforma constitucional que contenga todos los derechos y avances de estos tiempos, para ubicar a cada uno en su lugar.

El camino al desarrollo integral y sustentable está al alcance de la mano. Con la conducción estratégica del país en manos de quien es conciente del gigantesco cambio geopolítico y estratégico del mundo que transita velozmente desde un mundo unipolar hacia un mundo multipolar, nos orientamos a desarrollar estrategias que nos incluyan e integren dentro de mercados que crecen velozmente y que representan más de la mitad de la humanidad. 

Argentina ha cumplido y cumple un rol fundamental en la construcción de la Comunidad de la Patria Grande, que junto con nuestros hermanos latinoamericanos, llevamos adelante y con el impulso al Mercosur, dando nacimiento además a la Unasur y a la Celac conjuntamente con toda América por fin incluyendo a Cuba, que representa a  toda América excepto EEUU y Canadá, reemplazando para la toma de decisiones estratégicas  a la obsoleta OEA manejada exclusivamente para los intereses de EEUU. 

Vale la pena observar atentamente la marcha y el desarrollo de nuestras relaciones comerciales y políticas con los países hermanos del continente, además de con China, Rusia e India, que sostienen concepciones distintas sobre las relaciones bilaterales entre países, comparado con  las formas coloniales y de explotación ya muy conocidas y que hemos tenido a lo largo de la historia con EEUU y Europa.

                                                                                                                                                                                                                                                                                     febrero de 2015

José Denaro

Graduado en Ciencias Económicas U.B.A.,  empresario, ex-dirigente empresario, militante peronista, ha escrito numerosos artículos de análisis económico y político en importantes publicaciones del rubro.

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