A diecinueve años del asesinato de Teresa Rodríguez: "fue símbolo, pero ya la olvidaron"

Hace diecinueve años una bala que se presume partió de las filas policiales truncó la vida de Teresa Rodríguez, en la avenida Mariano Moreno, muy cerca del puente que lleva su nombre.

La muerte de la joven muchacha nunca tuvo un responsable tras las rejas. Hoy sus padres sostienen que "nos quedamos solos".

La recordarán "tranquilos, en su casa y yendo al cementerio".

Miguel Rodríguez y su mujer Flor o Ñata, como la llaman, están resignados. Es que creen (él tiene 84 y ella 88) que el homicidio de su hija no se esclarecerá.

"Lo que pasó ya no hay nada que hacer. No podemos seguir removiendo porque es como todo, si hubiésemos sido una personas de plata, a los quince días aparece el asesino pero como no teníamos plata, nos ganaron la batalla"; dijo la mujer.

Miguel, reconoce que "estamos solos. No nos apoya ni nos visitó nadie. El único que venía era un señor de Plaza Huincul, pero se olvidó también".

A 19 años de aquel hecho que desencadenó la segunda pueblada en la comarca petrolera, consideró que tienen que estar "tranquilos, los dos solos en la casa. Si tenemos que comer, comeremos, si no, mala suerte. Por Teresa había que hacer mucho, pero no tengo dinero para hacer lo que tengo que hacer, no puedo".

Flor comentó que seguramente hoy irán al cementerio a "dejarle alguna flor como de costumbre", pero que no harán caminata ni llevar un cartel.

"Fue un símbolo de todo Cutral Co, Plaza Huincul y la Argentina como se hizo el caso conocido por todos lados. Nos mandaron condolencias, pero ahora nada más. Nadie se recordó de ella, la dejaron en el olvido", expresó con un dejo de tristeza la mujer.

Les cambia el rostro cuando hablan de sus nietos, los hijos de Teresa que se quedaron sin ella, cuando era pequeños.

Es que ya son bisabuelos. "La señora de Jonathan, que tenía siete años (el menor) cuando se murió la mamá , está esperando un bebé. Alejandra, la mayor (que ya tiene más edad que su mamá cuando recibió el balazo mortal) está en Rincón de los Sauces, se casó y tiene una nena de diez y un varón de seis años", relató Flor.

Oscar, el segundo de los hermanos, "también es papá y tiene dos nenas hermosas. Hay una que es muy parecida a Teresa", dijo emocionada.

"Los chicos están bien, a pesar de que quedaron sin la mamá. Como abuelos luchamos para ayudarlos en lo que pudimos. Ahora se manejan solos", sostuvieron Flor y Miguel

Hoy estarán en su casa del barrio Progreso, donde el matrimonio se mudó hace diecisiete años. Antes, cuando mataron a su hija, vivía en el barrio Otaño de Plaza Huincul.(ríonegro)

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