5 de abril: Batalla de Maipú

Tras la derrota en Cancha Rayada, San Martín tuvo un arduo trabajo para reorganizar el Ejército Unido. Como primera medida, viajó a Santiago de Chile para acallar los rumores de su muerte, restablecer la confianza pública y subir la moral de sus hombres. Además, debió rearmarse: conseguir municiones y artillería, luego de que se perdiera la que tenían en manos del enemigo.

Cuando los realistas se enteraron de la reconformación de las fuerzas patriotas, partieron desde Talca rumbo a Santiago; San Martín se mantenía al corriente de sus movimientos a través de sus tropas de exploración.
Ya a principios de abril, el Ejército Unido era nuevamente una fuerza sólida que contaba con 5400 hombres y 21 piezas de artillería.

La batalla

San Martín y sus tropas se situaron al sur de Santiago de Chile, en la parte oriental de Loma Blanca, con el objetivo de cortar el avance de Osorio y su ejército. El enemigo terminó acampando en las cercanías de la Hacienda “Lo Espejo”.
En la mañana del 5 de abril, ambas fuerzas se desplazaron para colocarse frente a frente.
San Martín mantuvo sus batallones de Infantería en el centro de la formación flanqueados por la caballería a ambos lados. En el extremo noroeste, se encontraba la 1ra División al mando del coronel Gregorio de Las Heras, mientras que, en el sureste, se hallaba la 2da División, a cargo del coronel Rudecindo Alvarado. La 3ra División constituía la reserva y se situaba atrás de la formación, al mando del coronel Hilarión de la Quintana.
La artillería patriota fue la primera en abrir fuego; los realistas contestan con fuego corto delatando su posición, por lo que San Martín ordena el avance de sus flancos. Las Heras tiene éxito y alcanza una posición favorable para continuar presionando al enemigo.

Por otro lado, la división de Alvarado sufre un revés y se ve obligada a retroceder ante el avance realista. Al observar esta situación, San Martín ordena a sus tropas de reserva que ejecuten un movimiento oblicuo en apoyo a las tropas de Alvarado. Esta maniobra logra igualar la situación mientras que la presión desde el otro flanco continuaba arremetiendo contra los realistas.
Inclinando la balanza a su favor, todas las fuerzas del Ejército Unido atacan a la vez.
Osorio ordena la retirada hacia la hacienda Lo Espejo, en donde al mando de Ordóñez las fuerzas realistas presentan la última resistencia. Antes del desenlace final, arriba al campo de batalla el general O’Higgins (convaleciente por una herida en el codo) al mando de unos 1000 hombres más, quienes se suman a la persecución del enemigo en retirada.
Al encontrarse con San Martín, ambos generales se abrazan y exclaman:

    "¡Gloria al salvador de Chile!"

    Bernardo O’Higgins

    "Chile no olvidará jamás el nombre del ilustre inválido que el día de hoy se presentó al campo de batalla en ese estado."

    José de San Martín

Consecuencias

• Aseguró la independencia de Chile
• En relación a la Campaña Libertadora y el plan continental, desencadenó una serie de ventajas que incluyeron un gran impulso anímico a las tropas, otras victorias, la Independencia de Perú, entre otras.
• Será utilizada como ejemplo de táctica aplicada en el terreno al emplear en oportunidad la reserva.

Fuente: argentina.gob.ar

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