Mueren dos trabajadores petroleros en Neuquén

Un operario que ingresó en una pileta para rescatar a un compañero de trabajo, que previamente había caído en el interior junto a una tapa de esa instalación, cuyos gases tóxicos fueron una trampa mortal para ambos. Un intento de rescate de compañeros que van al lugar en auxilio, y no pueden hacer nada. Es la secuencia de lo que pudo haber pasado en una de las tragedias más cruentas que se recuerden en el último tiempo en la cuenca neuquina y que terminó con la muerte de Cristian Nicolás Baeza (34) y Maximiliano Francisco Zappia (24).

La descripción se desprende del acta que funcionarios de la subsecretaría de Hidrocarburos confeccionaron en el área Fortín de Piedra (Vaca Muerta), ya cuando los bomberos de Centenario y Añelo estaban en el lugar.

El texto, al que accedió LM Neuquén, es un detalle de la actuación en base a lo que dijo “personal de Tecpetrol” al referirse a “las tareas que se encontraban realizando los operadores al momento del evento”.

De acuerdo a ese relato la presencia de los dos operarios es “por el momento un hecho inexplicable” debido a que “el primer involucrado (Baeza) no tenía tareas asignadas en ese sector” y “se desconoce los motivos” por los que los dos operarios estaban en la pileta de bombeo PL-007, una instalación ubicada en el suelo, de unos 3 metros por 1,5 de ancho y 3,3 de profundidad, donde se procesan “los fluidos de la purga de tanques (condensando)”.

El acta describe que esta instalación tiene una “tapa metálica” y “sensores de nivel que funcionan correctamente de acuerdo a lo manifestado por el supervisor de Tecpetrol”.

Los inspectores preguntaron si los dos jóvenes operarios tenían detectores personales para gas. Recibieron como respuesta que no, porque existe una sistema “fiere&gas” de detección en la planta. La pileta, dicen en el texto, “no cuenta con escaleras ni soporte para operarios” ya que “no es un lugar que requiera el ingreso de personal”. Es la explicación que reciben.

Al momento de la tragedia, en el interior de la pileta había “un nivel de unos 60 centímetros” por lo que “se estima que los operarios se desvanecieron producto de la intoxicación y falta de oxígeno”, aunque los inspectores advierten que “esto se encuentra en etapa de investigación, por lo que son solo hipótesis”.

La operadora, señala el documento, no cuenta con un procesamiento de tareas operativas manuales en este sector, ya que “se trata de un sistema con un control automático remoto desde sala” y los “operarios de PECOM no cuentan con otra supervisión que no sea la de la operadora”.

El acta que lleva el sello de la dirección general de Control Operativo plantea a modo de hipótesis qué pudo haber pasado. “Qué se cree”, dice en un tramo: que Cristian Baeza pudo haber caído a la cámara “con una de las tapas de la misma”, aunque no especifica por qué motivo pudo haber caído esa tapa. Y que posteriormente Zappia dio aviso a la sala de control operativo para que active la emergencia, que luego él mismo intentó socorrer a su compañero y que ambos terminaron muriendo en el interior. El documento señala que luego “llegan al lugar el resto de sus compañeros” y que hubo un intento de “rescate si resultado positivo”.

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