11 de julio: Día Nacional del Bandoneón

Aníbal Carmelo Troilo, alias Pichuco, nació en Buenos Aires, el 11 de julio de 1914  y falleció el 18 de mayo de 1975. Su padre le legó el seudónimo de Pichuco, nombre por el cual llamaban a uno de sus mejores amigos. En el litoral argentino, “pichuco” significa “negrito” y algunos autores afirman que la expresión proviene del guaraní.

A los 10 años su madre le compró su primer bandoneón, instrumento que escuchaba tocar en los bares de su barrio, el Abasto. Con ese bandoneón, Troilo tocó casi toda su vida. Un año después Pichuco realizó su primera actuación, en un bar pegado al Mercado de Abasto. Más tarde integró una orquesta de señoritas y a los 14 años ya había formado un quinteto.
En 1930 fue contratado para formar parte del sexteto del violinista Elvino Vardaro, el pianista Osvaldo Pugliese y Alfredo Gobbi (hijo)  Troilo pasó por numerosas orquestas, entre otras, las de Juan Pacho Maglio, Julio de Caro, Juan D'Arienzo, Ángel D'Agostino y Juan Carlos Cobián.

Con su orquesta trabajó casi ininterrumpidamente, tanto en presentaciones en vivo como en grabaciones, hasta el año de su muerte, 1975. Desde 1953 hasta mediados de los años 60, Troilo además conformó un dúo junto al guitarrista Roberto Grela, que después se convirtió en el Cuarteto Troilo-Grela. En 1968, ya distanciado de Grela, formó su propio cuarteto. En la primera formación de la Orquesta Típica de Aníbal Troilo participaron Orlando Goñi, Enrique Kicho Díaz, Roberto Gianitelli, Juan Miguel Toto Rodríguez y el cantor Francisco Fiorentino (entre otros), con la que debutó en la boite Marabú de Buenos Aires.

La muerte de su mejor amigo, el poeta Homero Manzi (1907-1951), le produjo una profunda depresión que duró más de un año. En su memoria compuso el tango Responso. En 1971 Troilo inauguró la plaza Homero Manzi en conmemoración de los veinte años del fallecimiento del poeta.
Son tema de discusión las influencias de los diversos pianistas sobre la orquesta de Troilo. En las grabaciones de 1942, la orquesta comenzó a tocar con arreglos escritos con mayor detalle. Por esta época, Troilo delegó la responsabilidad de escribir arreglos en otros músicos, como Astor Piazzolla (que integró su orquesta entre 1939 y 1944), entre otros. De él son los arreglos de Inspiración (1943) y Chiqué (1944). Aun después que dejó la orquesta, Piazzolla siguió arreglando ocasionalmente para la orquesta de Troilo. A partir de entonces, la música de su orquesta cambiará enormemente según el arreglista, aunque siempre conservando la gran precisión expresiva que la caracterizó desde sus comienzos.

En cuanto a los cantores de Troilo, suele decirse que «eran un instrumento más de la orquesta», expresión que alude a la integración del cantante y la orquesta en un resultado sonoro donde la orquesta y el cantor ejecutan pausas y matices con un mismo sentido. Troilo compuso muchísimos temas ampliamente difundidos y versionados a lo largo de su carrera, tanto instrumentales como cantados. Sus composiciones se caracterizan por una sencillez armónica y melodías muy bellas. Entre los instrumentales se destacan la milonga La trampera y los tangos Milonguero triste, Responso y Contrabajeando (este último en colaboración con Piazzolla). Entre los cantados, Barrio de tango, Che bandoneón, Sur y el vals Romance de barrio, todos ellos con letra de Homero Manzi; Desencuentro, La última curda, María y El último farol, junto a Cátulo Castillo; Garúa y Pa’ que bailen los muchachos, con poesías de Enrique Cadícamo; Toda mi vida y Mi tango triste con letra de José María Contursi; y Coplas, sobre una poesía de Alberto Martínez.
En 2005 el Congreso de la Nación Argentina declaró la fecha del 11 de julio como el Día Nacional del Bandoneón mediante la ley 26.035. Fue sancionada el 18 de mayo de 2005 y promulgada de hecho el 16 de junio de 2005. Los propulsores de esta ley fueron Francisco Torné, nieto de Zita Troilo, y el poeta Horacio Ferrer, amigo del músico y presidente de la Academia Nacional del Tango.

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