12 de agosto: Nace Lino Spilimbergo

Nace en Buenos Aires, el 12 de agosto de 1896 y muere en Unquillo, Córdoba, el 16 de marzo de 1964. En 1915 ingresa en la Academia Nacional de Bellas Artes. Allí tiene como compañeros a Héctor Basaldúa, Aquiles Badi, Horacio Butler y Alfredo Bigatti. Egresa en 1917 con el título de Profesor Nacional de Dibujo.

En 1919 comienza a enviar obras a los salones nacionales y en 1921 se instala en la provincia de San Juan, donde realiza su primera exposición individual. En 1922 obtiene el Primer Premio de Grabado en el Salón Nacional. Durante esos años un viaje por el noroeste argentino inspira la temática de sus obras de entonces. Regresa a Buenos Aires en 1924.

Luego, con el dinero de algunos premios obtenidos viaja a Europa a perfeccionarse. Recorre el norte de Italia y al año siguiente se instala en París. Allí junto a Butler, Badi, Basaldúa, Bigatti y Berni, a los que se suman luego Alberto Morera, Raquel Forner, Víctor Pissarro y Pedro Domínguez Neira conforma el denominado “grupo de París”.

En 1928 participa del “Primer Salón de Pintura Moderna”, organizado por Horacio Butler en las salas de la Asociación Amigos del Arte de Buenos Aires. A fines de ese año regresa a la Argentina con su esposa francesa Germaine, inspiradora de sus retratos de grandes ojos. Se instala en Las Lomitas, provincia de San Juan, cuyos paisajes refleja en estructuradas pinturas.

Vuelve a Buenos Aires en 1930. Conjuntamente con Antonio Sibellino y Luis Falcini funda, en 1933, el Sindicato de Artistas Plásticos. Ese mismo año participa con Juan Carlos Castagnino, Antonio Berni y el uruguayo Lázaro en el mural, conocido como Ejercicio plástico, que realiza David Alfaro Siqueiros en la quinta Los Granados del director del diario Crítica, Natalio Botana. Además le otorgan el Primer Premio de Pintura del Salón Nacional.

Entre 1934 y 1939 se desempeña como profesor de Pintura en el Instituto Argentino de Artes Gráficas y entre 1935 y 1948 como profesor de Dibujo y Pintura en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón” de Buenos Aires.
En 1935 inicia la serie de la Breve historia de Emma, cruda narración gráfica de la marginal historia de una prostituta. En 1937 ilustra con una serie de aguafuertes Interlunio, de Oliverio Girondo y obtiene el Gran Premio de Pintura del Salón Nacional y Medalla de oro en el rubro Grabado en la Exposición Internacional de París.
En 1939 viaja por Bolivia expone individualmente en el Museo “Rosa Galisteo de Rodríguez” de Santa Fe y junto con Berni realiza uno de los paneles decorativos del Pabellón Argentino en la Exposición Internacional de New York.
En 1943 obtiene el Primer Premio del Salón Municipal de Buenos Aires (1943) con Joven herido, que ingresa entonces al Museo Municipal de Bellas Artes, hoy Museo Eduardo Sívori.

En 1944 funda, junto a Juan Carlos Castagnino, Antonio Berni, Demetrio Urruchúa y Manuel Colmeiro el Taller de Arte Mural. Este taller se encarga de decorar la cúpula de las Galerías Pacífico, trabajo que culmina en 1946.
En 1956 es nombrado miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes. Desde 1959 alterna estadías entre Unquillo, en la provincia de Córdoba y Buenos Aires. En 1960 realiza un viaje por Europa donde pasa temporadas en Génova, Roverazza, Milán, para instalarse finalmente en París.

Muere en Unquillo el 16 de marzo de 1964. Las primeras obras de Spilimbergo responden a un lenguaje naturalista con el que el artista representa paisajes desolados y personajes humildes del interior del país. Durante su etapa europea en París procura conciliar la tradición de la pintura renacentista con el espíritu del arte moderno. De este modo, sus búsquedas se orientan hacia el llamado “retorno al orden” de los artistas de la Escuela de París. En el mismo sentido puede percibirse en su obra la gravitación del Novecento italiano.
Desde el punto de vista iconográfico, Spilimbergo se ocupa de la figura humana, el retrato, la naturaleza muerta, el paisaje y escenas de crítica social o de alegoría simbólica. En general su pintura está regida por el concepto de claridad formal y estructuración geométrica de las formas y el espacio, que con frecuencia llega a un alto grado de despojamiento. En ocasiones, como en la serie de Las terrazas, asume un realismo inquietante de tono casi onírico, a la manera de la pintura metafísica italiana.
Dentro de la técnica del grabado, el artista alcanza un notable dominio en la práctica de la monocopia con la que realiza series de intensidad expresiva y descarnada observación crítica como la dedicada a la Breve historia de Emma.

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