en marzo de 2017,

En Quintuco casi no llueve. El cielo se abre como una pantalla azul sin nubes, como un lugar ideal para la contemplar las estrellas, en el silencio de la estepa neuquina.

Será por eso que la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC) eligió este sitio, que es una suerte de olla en medio de la árida estepa. Acá, la nada misma se interrumpe de a ratos, con los ecos del ruido de las máquinas y los obreros.

Es aquí donde, en marzo de 2017, comenzará a funcionar la Estación Espacial China, ese proyecto que fue criticado por ambientalistas, la oposición política de Argentina y varios medios de comunicación, por el supuesto "doble uso" que pretende tener una antena parabólica de 35 metros de diámetro: la exploración y seguimiento de misiones en el espacio, pero también el uso militar de los equipos de comunicaciones.

A 300 kilómetros de la capital neuquina se levanta la estructura de la polémica, que parece ¿más amigable? a medida que los periodistas recorren todo el predio, despejando dudas y mirando cada rincón como buscando algo, algún indicio que levante sospechas.

Xu Xueming es ingeniero electrónico y referente de la CLTC, una especie de NASA pero china. Se mueve inquieto y no mide más de 1,60 metros. Responde las preguntas con su traductor y se encarga de desmentir que el proyecto tenga alguna relación con el uso militar.

"Esta antena sólo se puede mover a baja velocidad, es para trabajar con distancias grandes, para explorar el espacio profundo", expresa el chino, a través de su intérprete y con la custodia de los obreros de la UOCRA, tatuados y de gafas negras, arropados con camperas azules que rezan: "Conducción Víctor Carcar".

La empresa encargada de la obra es CHEC (China Harbour Engineering Company Ltd), especialista en construir puentes e ingeniería marítima. De hecho, es la que levantó el 80% de los puertos chinos. Los trabajos los hace la empresa nacional Esuco SA, pero toda la logística la coordinan los chinos.

La empresa construye hoy las residencias donde vivirán los científicos, un comedor y un centro de exposición espacial que, dicen, estará abierto al público a modo de desarrollo educativo. También, un gimnasio y una torre de vigilancia, luego de que funcionen los equipos de comunicaciones.

Un 10% para uso argentino
Según la Comisión Nacional de Asuntos Espaciales (Conae), el convenio con el gobierno chino prevé que este país pueda hacer uso de la antena en un 10% para la exploración. Sin embargo, nadie explica en detalle aún cómo se medirá ese tiempo, si en años, meses o a través de un futuro proyecto.

El secretario de Gestión Pública, Rodolfo Laffitte, aclara que "toda la tecnología puede ser de doble uso, pero acá hay un organismo, que es la Conae, responsable del acuerdo, que va a tener gente acá adentro".

Hasta ahora, tanto Laffitte como Xueming aseguraron que no hay observaciones al proyecto del actual gobierno de Mauricio Macri.

Pero, con la política, todo puede cambiar, sin que ello derrumbe el sueño chino de pisar alguna vez en la historia el suelo lunar.

Científicos van a llegar en 2 meses

En junio, una delegación de científicos arribará a la Estación Espacial para colocar los equipos de comunicaciones. Los científicos instalarán los equipos de alta tecnología para a poder monitorear el alunizaje de las naves en la misión que prepara China para finales de 2017. No es la primera vez que los chinos hacen una misión espacial lunar. El 14 de diciembre de 2013, la misión Chang'e 3 alunizó luego de un proyecto no tripulado que llevó años. El próximo objetivo es poder coordinar la siguiente misión para luego seguir con el planeta Marte. La antena ya está instalada y se prevé levantar otra más chica, de apoyo, según explicaron los técnicos.(lamañana)

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