Santa Fe: La única fábrica de llantas sin producción por falta de ventas

Ochenta operarios de la única fábrica de llantas de Argentina esperan cruzar la puerta de la planta del sur rosarino en las próximas semanas. La familia Ciccarelli, que tomó la operación el año pasado después de un temido cierre, les había prometido que iban a entrar a trabajar junto a los 20 empleados que desde fin de año mantienen las máquinas. Tienen todo preparado para producir 1 millón de llantas en 2018 siguiendo la promesa del Ministerio de Trabajo que lidera Jorge Triaca. Están lejos. Este miércoles los trabajadores, a través de un delegado, advirtieron que no tienen ningún pedido de terminales automotrices para 2018. El empresario a cargo, Ricardo Ciccarelli, le echó la culpa al pasado y dijo que las solicitudes no llegan porque las terminales desconfían del nombre Mefro Wheels. “El empresario se relajó. Hay que estar encima. Vamos insistir con que haya reuniones con las automotrices. La política nacional debe cuidar los puestos de trabajo y proteger”, criticó el secretario general de la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM), Antonio Donello.

En baja

Hace tres años Mefro Wheels vendió 215 mil llantas a General Motors para echar a rodar los Corsa Classic que salían de las planta de Alvear, a menos de media hora de Rosario. Eran parte de las 800 mil unidades que requirieron ese año las terminales nacionales de la planta de Ovidio Lagos al 4400. Con la llegada de Cambiemos y la apertura de las importaciones, las llantas de Brasil, Asia y Europa entraron al país y bajaron los pedidos para Mefro Wheels. Entre las que entraron a competir estuvieron las de la compañía alemana que mantenía a Mefro Wheels desde 2010. En 2016 la planta rosarina hizo sólo 300 mil llantas. Desde General Motors pidieron menos de 11 mil unidades, según un informe del Observatorio Laboral de la UOM. No fue la única que bajó la cantidad de pedidos. Acompañaron la decisión de usar importados las terminales de Ford, Fiat, Mercedes Benz, PSA Peugeot-Citroën, Renault, Volkswagen y Toyota. Mefro Wheels quedó relegada. El segundo día de 2017 los 170 trabajadores de la planta no pudieron entrar a trabajar porque no había materia prima. Hicieron guardia en la puerta, hubo marchas, reuniones entre sindicato, empresarios y políticos. El diputado del Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS), Luis Contigiani denunció que el violento ingreso de las importaciones atentaba contra las fuentes de trabajo. Los metalúrgicos pidieron al gobierno de Cambiemos poner un cupo importador que garantice un 70 por ciento de productos nacionales y un 30 que lleguen desde afuera. En mayo la firma Cirubón se hizo cargo de la operación. Prometieron reactivar la planta y reincorporar a 100 trabajadores. En septiembre sólo 20 volvieron a los puestos de trabajo. Aún no producen. En principio porque no entraron pedidos de las automotrices.

“El empresario se relajó y el mercado no acompaña. Hay que estar encima de los problemas. Queremos que las terminales se comprometan con los pedidos. No importa si no son todas. Al menos con una o dos para empezar a producir”, explicó ayer por la tarde el titular del sindicato metalúrgico en Rosario, Antonio Donello. El gremialista adelantó que buscarán que los diputados nacionales o el gobierno provincial vuelvan a ser intermediarios un conflicto de Mefro Wheels. Esta vez para conseguir un compromiso de las automotrices de “comprar en el país”. Alejandra Rodenas y Luis Contigiani fueron apuntados.

En diálogo con el portal Vía Rosario, el empresario a cargo de la planta, Ricardo Ciccarrelli dijo: “No me conviene pelearme ahora con las terminales porque estamos intentando cerrar algunos acuerdos. Lo cierto es que la situación está difícil”. Según el hombre, la fábrica está operativa y en óptimas condiciones. “Dependemos de las terminales y en eso estamos. Estimo que habrá novedades la semana que viene. Hay desconfianza en las automotrices debido a que piensan que se trata de una continuidad de las operaciones de Mefro. Todo lo contrario. Acá hay nuevos dueños, una nueva sociedad y ganas de hacer las cosas bien. Mefro dejó una muy mala imagen”, concluyó Ciccarrelli.

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