EEUU: Estalló la guerra entre la cúpula del Partido Republicano y Donald Trump

Las internas para las elecciones presidenciales de los Estados Unidos está en su mejor momento. Ahora, estalló la guerra abierta en el Partido Republicano entre Donald Trump y la cúpula, con amenazas de motines, maniobras oscuras y rebeliones, mientras que fuera del partido se ven inicios de un amplio movimiento plural para enfrentar lo que algunos califican como una grave amenaza a esta democracia.

Dentro del partido, la alarma sigue creciendo después de que Trump ganó cuatro de cinco estados el pasado martes incrementando su ventaja en número de delegados (ahora tiene un total de 621) sobre sus ahora dos otros rivales en contiendas que marcan el medio tiempo de este proceso de primarias que culminará en la Convención Republicana en julio.

Al fracasar hasta ahora -a pesar de inversiones millonarias- en frenar a Trump en el proceso electoral, líderes y estrategas republicanos temen cada vez más que si continúan estas tendencias, sólo quedará la opción de poner alto a Trump en la convención nacional.

Todo indica que ninguno de los tres precandidatos republicanos que quedan -Trump, Ted Cruz y Kasich- llegarán a la Convención con el número requerido de delegados -1237- para conquistar la corona como candidato presidencial. Por lo tanto, se espera por primera vez en décadas una "convención negociada”.

Las reglas generales son que si un precandidato no sale como el ganador en la primera ronda de votaciones, los delegados de cada candidato son "liberados” de su compromiso y pueden votar en las siguientes rondas por otros. Eso implica intensas negociaciones para obtener, a cambio de promesas (fondos, puestos, proyectos, etcétera.) y amenazas, el número suficiente para nominar a uno de ellos, y hasta puede llevar a otro candidato "de consenso” que ni participó en la contienda.

Varios líderes ya están -no tan secretamente- preparando estrategias para evitar que Trump salga como candidato en la convención.

Ante ello, Trump advirtió que si llega con más delegados que los demás pero se nomina a otro candidato, "creo que tendríamos motines... Creo que tendríamos problemas como nunca se han visto antes.

Por esta razón, lo que está por venir entre los republicanos puede que sea lo mejor de los últimos años en la política estadounidense.

(El Intransigente)

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