Francia: Francois Hollande amenazó con prohibir las manifestaciones contra la reforma laboral

El presidente de Francia, Francois Hollande, amenazó hoy con prohibir las manifestaciones contra la reforma laboral si no se puede garantizar su seguridad, pocas horas después de nuevos disturbios en París en las protestas contra esa legislación, anunció su portavoz.

“En un momento en que Francia recibe la Eurocopa y se enfrenta al terrorismo, no podrán autorizarse manifestaciones si las condiciones de preservación de los bienes y las personas y de los bienes públicos no están garantizadas”, anunció el mandatario socialista durante el consejo de ministros, según su vocero Stéphane Le Foll.

Los disturbios en la novena jornada nacional de protesta contra la reforma laboral impulsada por el gobierno galo dejó ayer 58 detenidos y 40 heridos (29 de ellos policías), así como graves daños materiales en un hospital para niños de París, el Hospital Necker.

En este hospital fue acogido el niño de tres años, hijo de un policía y su compañera asesinados por un extremista en nombre del grupo islamista radical Estado Islámico (EI), el lunes por la noche en la región de París, lo que potenció el impacto del hecho en la opinión pública.

“Si las condiciones no están reunidas para proteger los bienes personales o públicos, y por el momento no lo están, se tomarán decisiones caso por caso de no autorizar las manifestaciones”, añadió.

El portavoz del Ejecutivo lamentó que los disturbios no hubieran suscitado "ninguna condena" por parte de Philippe Martinez, líder del sindicato que lidera las protestas contra la reforma laboral del gobierno socialista, la Confederación General del Trabajo (CGT).

Hollande reforzó así el planteo del primer ministro francés, Manuel Valls, quien pidió a los opositores a su reforma laboral que no vuelvan a organizar grandes manifestaciones en París, por los disturbios que se produjeron que, a su juicio, son resultado de la "actitud ambigua" de los sindicatos con los violentos.

Valls, en una entrevista a la radio France Inter, minimizó la movilización de ayer, ya que según sus cifras hubo "menos manifestantes" que en las convocatorias precedentes, y reiteró que no modificarán los puntos esenciales de su reforma laboral.

"No podemos tener manifestaciones así en París en las próximas semanas", afirmó antes de pedir a la CGT a renunciar a nuevas convocatorias de marchas como la de ayer en la capital.

Al ser consultado acerca de si el gobierno llegará a prohibir ese tipo de marchas, Valls respondió que no se puede tomar una decisión genérica pero avisó de que "nosotros asumiremos, caso por caso, nuestras responsabilidades".

Asimismo, el premier denunció la "falta de responsabilidad" de la CGT y en particular "la actitud ambigua del servicio de orden", en un contexto marcado por la celebración hasta el 10 de julio de la Eurocopa de fútbol en Francia, que además está en alerta terrorista.

El primer ministro señaló que en la manifestación de ayer había "de 700 a 800" manifestantes violentos "que querían sin duda matar" a los policías.

Pero la CGT salió al paso de las "inaceptables" declaraciones del jefe del Ejecutivo, al que responsabilizó de "garantizar la seguridad y mantener el orden en la marcha".

"Amenazar con prohibir las manifestaciones es signo de un gobierno acorralado", agregó la CGT en un comunicado.

Entretanto, el ex presidente y actual líder del partido conservador Los Republicanos (LR), Nicolas Sarkozy, exigió responsabilidad "civil y financiera" a la CGT por los incidentes de París.

Sarkozy reclamó además el "encarcelamiento inmediato" de los responsables de los destrozos en mobiliario urbano.

Valls insistió en que "el gobierno no cambiará" el texto de su proyecto de ley de reforma laboral, que "es el resultado de un compromiso con los sindicatos reformistas" y que "es bueno para las empresas, bueno para los asalariados".

Además, señaló que si el Ejecutivo renunciara a la reforma, eso significaría "la victoria de los que bloquean en la calle" o de la oposición de derechas que si llega al poder pondrá en práctica su "visión ultraliberal de la sociedad".

El proyecto de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, debe volver en julio a la Asamblea Nacional (Cámara baja), donde podría ser aprobado de nuevo por decreto, y su aspecto más polémico para los sindicatos sigue siendo el artículo 2, que da prioridad a los acuerdos de empresa sobre los convenios sectoriales.

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