Francisco reza ante el monumento del genocidio armenio
El papa Francisco visitó hoy en Ereván el monumento de Tsitsernakaberd, que recuerda a las víctimas de la masacre sufrida por el pueblo armenio durante la Primera Guerra Mundial.
Con una oración silenciosa, el pontífice depositó una corona de flores blancas y amarillas a los pies del memorial. Después, dentro de la cámara de la llama eterna, depositó rosas amarillas.
Ya el viernes, Jorge Bergoglio volvió a condenar la persecución de la minoría cristiana armenia en el entonces imperio Otomano calificándola de genocidio, como ya hizo hace un año cuando se conmemoró el centenario de la masacre. Se calcula que en torno a 1,5 millones de armenios murieron perseguidos por los otomanos durante la Primera Guerra Mundial.
El año pasado, cuando el papa lo condenó como "el primer genocidio del siglo XX", Turquía llamó a consultas a su embajador ante el Vaticano. La cúpula de Ankara rechaza rotundamente el término genocidio.
El presidente de Armenia, Serzh Sargsian, y el patriarca Catholicós Karekin II, cabeza de la Iglesia armenia, acompañaron a Francisco durante su visita al monumento. Esta tarde está prevista una misa católica en la ciudad de Gyumro y una ceremonia ecuménica ante miles de fieles en el centro de Ereván.