Ascienden post morten a tres militares por su actuación en contra del golpe que derrocó a Illia

El Ministerio de Defensa condecoró hoy con el ascenso post mortem a tres militares por su actuación en contra del golpe de Estado que en 1966 derrocó al entonces presidente Arturo Illia.

Se trata del general de División (R) Carlos Augusto Caro; el General de Brigada Eduardo Rómulo Castro Sánchez; y el coronel Aliberto Rodrigáñez Riccheri, quienes a través del decreto 695/2017, publicado en el Boletín Oficial, serán promovidos "al grado inmediato superior, con fecha 3 de marzo de 1966".

Según se afirma entre los considerandos de la norma, "resulta necesario otorgar el justo reconocimiento a la destacada actuación del personal militar que brindó su apoyo explícito y público al orden constitucional durante los lamentables acontecimientos que derivaron en el derrocamiento del gobierno republicano y democrático del doctor Arturo Umberto Illia".

Además, afirma que la medida "contribuye, desde lo simbólico, a la consolidación del orden democrático, a través de la legitimación de aquellas voces que oportunamente rechazaron el golpe de Estado, aún con el riesgo cierto de daño profesional y personal".

Según el decreto, Caro, "en aquel tiempo Comandante del II Cuerpo de Ejército, fue separado de su cargo y sufrió una condena de prisión por pretender llevar tranquilidad a la sociedad argentina en aquellos aciagos momentos, en contra del pensamiento y la acción de la conducción golpista".
"El oficial permaneció en todo momento como asesor privilegiado de su Comandante en Jefe, mientras insistía en sus intentos de disuadir a las Fuerzas Armadas de lo que sería, una vez más, una trágica decisión en la historia de los argentinos", añade.

En tanto, Castro Sánchez, "en un gesto que lo enaltece aún en el presente, en desacuerdo profundo con la postura política de la Fuerza a la que pertenecía, solicitó su separación del Ejército".

Por último, Rodrigáñez Riccheri, que siendo teniente "se encontraba de guardia en la Casa de Gobierno el fatídico 28 de junio de 1966, cuando se presentaron las tropas rebeldes en las proximidades de la Casa Rosada". "Inmediatamente desplegó el dispositivo de defensa que el escaso número de efectivos y poder de fuego le permitieron. Solo cuando el presidente D. Arturo Umberto Illia tomó la determinación de dejar su despacho para evitar el seguro derramamiento de sangre entre argentinos, depuso su actitud de protección hacia su legítimo Comandante", resalta el decreto.

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