Ingrid Betancourt: "Sorprende que haya gente que vote 'no' a la paz"

La colombiana Ingrid Betancourt, secuestrada de 2002 a 2008 por las FARC, aseguró en una entrevista publicada hoy por el diario español "El País" que le "sorprende" que  haya gente que piense en votar "no" al plebiscito que busca refrendar  el acuerdo de paz alcanzado entre la guerrilla y el Gobierno de Juan  Manuel Santos.       

"Lo más lógico es tomar las medidas para que nuestros hijos y  nietos tengan la oportunidad de vivir en un país diferente", dijo la  política tras destacar que las víctimas son las más proclives a  perdonar porque saben "lo que implica seguir en la guerra".       

"La guerra es el enemigo de la felicidad. Ahora, hay una parte de  la población colombiana que vive de la guerra, que ha hecho su  fortuna y su poder político a través de la guerra", lamentó.       

La que fuera candidata presidencial espera ahora un país "con un  nivel de esperanza mayor" que "aprenderá a ser tolerante en términos  políticos y sociales y a entender la justicia como una función  reparativa y constructiva", en sus palabras.       
Reconoció que fue "muy escéptica" en los inicios de la negociación entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el  Gobierno de Santos, que ha durado cinco años, y que se ha quedado  "sorprendida" con la transformación de las dos partes.       

"Las declaraciones de los comandantes al principio, muy  doctrinarias, cerradas, llenas de orgullo y casi prepotencia, no me dejaban presagiar el resultado que se logró. Se han dado pasos que nunca antes se habían conseguido", dijo.       

Betancourt, quien acepta "sin problema" que las FARC "entren a cumplir un nuevo papel en Colombia y tengan un rol en la vida  política", aseguró que en su caso personal ha perdonado "en la medida  de la racionalidad" con la que puede "manejar el perdón".       

"Emocionalmente todavía tengo sentimientos difíciles de administrar, sobre todo en cuanto veo el sufrimiento de mis hijos. Mi  ausencia de casi siete años en sus vidas ha dejado un dolor", explicó  la política, de 54 años, quien actualmente vive en Francia.       

Remarcó, además, que Colombia "está preparada para que las FARC  entreguen las armas, pero aún no para acoger a todos esos miembros de  la guerrilla como ciudadanos de pleno derecho".       

"Vamos a tener que hacer una inmensa pedagogía. Primero, sobre los  que van a ser amnistiados, que son muchachos jóvenes reclutados en  muchas ocasiones en su contra (...) El otro tema es la participación  política y eso va a depender de la altura con la que entren (las  FARC)", indicó.

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