Analía Calero, la encargada del IPC que fue despedida
Hace unos meses, en medio del debate público por el cambio de metodología para medir la inflación, el Gobierno decidió despedir del INDEC a Analía Calero, la Directora Nacional de Estadísticas de Precios. La excusa desde el entorno del jefe del ente, Marco Lavagna, fue poco clara y se vinculó a supuestas diferencias en "formas de trabajo, administración de recursos humanos y manejo de equipos de trabajo y cumplimiento de metas".
Semanas después, se expusieron las diferencias entre Lavagna y el Presidente Javier Milei sobre las modificaciones del IPC. La Casa Rosada le puso un freno al cambio metodológico (que sea más representativo el peso de precios regulados y tarifas, hoy muy consumidos por los hogares) para intentar sostener inalterados los indicadores de inflación. En este escenario, Calero reapareció en público con una nota publicada en su cuenta de Linkedin, en la cual evalúa su gestión y desliza una critica a la demora del nuevo IPC, que debía darse a conocer en noviembre.
"Confío en que los frutos de este arduo trabajo conjunto pronto se verán reflejados con la publicación de las nuevas metodologías, quedando como testimonio del compromiso y profesionalismo de todo el equipo. Gracias por este camino recorrido", escribió Calero, en una frase que habilita diferentes lecturas y mensajes dirigidos. Incluso abre la puerta a un diagnóstico más real de por qué fue despedida del organismo.
"Eventuales contingencias"
Asimismo, Calero habló de "eventuales contingencias" en su tarea. "Tuve el honor de liderar un equipo comprometido, que supo afrontar eventuales contingencias sin dejar de cumplir en tiempo y forma con sus responsabilidades. Cerré la gestión con un total de 212 personas, a quienes se les mejoraron las condiciones de trabajo, el acceso a la capacitación y participación en los distintos proyectos", expresó. En esa línea, agradeció "sinceramente a los encuestadores, supervisores, analistas, coordinadores, asistentes y directores que, desde sus respectivos roles, trabajan con dedicación para ofrecer, mes a mes, estadísticas de calidad".
Además, entre otros repasos, Calero contó que "en 2023 y 2024, recibimos misiones del FMI, con resultados muy positivos para el nuevo IPC", reforzando así la idea de que el nuevo índice tiene apoyo de diferentes sectores. A continuación, la ex INDEC aseguró que "quiero reconocer a los equipos que, también, participaron en los principales proyectos que lideré: Actualización Metodológica del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y del Índice de Salarios (IS). Desde la DNEP, también contribuimos a la valorización de la canasta de la nueva metodología de Pobreza por ingresos. (...) Tres de estos proyectos se iniciaron desde 0% en esta gestión, logrando un avance de entre el 80% y 100% según el caso, tal como se presentó detalladamente en el informe interno de cierre de gestión".
La nota de Calero llega cuando los plazos de publicación del nuevo IPC parecen vencidos. Página I12 consultó a tres fuentes del organismo y hasta dirigentes muy cercanos a Lavagna, pero ni siquiera hubo respuestas sobre los tiempos del nuevo índice. Es que la presión de Milei para evitar el nuevo índice es tan fuerte que explica una demora que no se sabe hasta cuándo durará. Lavagna quiere hacerlo cuanto antes, porque entiende que la medición no es representativa del costo de vida de las familias, algo que incluso empezó a debatirse muy fuerte entre consultores económicos (Ver aparte).
El problema que enfrentan en el INDEC es que, en el marco del proceso de desinflación actual, se empieza a hacer una constante el testimonio de la opinión pública de que la plata sigue sin alcanzar. Y que eso tiene que ver, sobre todo, con que las familias invierten buena parte de sus ingresos en servicios que aumentaron hasta dos o tres veces más que la inflación. Es lo que plantea, precisamente, la nueva metodología.
¿Por qué se discute el IPC?
El Gobierno tiene una obsesión con la baja inflacionaria que no le permite ceder ni a los cambios mínimos en el IPC, porque eso podría derivar en un salto de los precios. ¿Por qué? Porque la nueva metodología cambiaría y actualizaría el peso que tienen los precios regulados (más que nada tarifas) sobre el índice general, hoy muy influido por Alimentos.
Hasta ahora, para calcular IPC se venían tomando de referencia los datos de una canasta del 2004 y, a partir de la nueva medición, se actualizará a cifras del 2018. Hoy, Viviendas y Servicios del IPC explican un 9,44 por ciento del IPC Nacional. Con el cambio, pasarían a ponderar 14,5 por ciento. El cambio es importante porque el rubro venía creciendo, hasta octubre, el doble que el IPC general.
En el caso de Alimentos, la nueva metodología los pondría explicando un 22,7 por ciento, cuando hoy explican el 26,9 por ciento del índice. El Gobierno no quiere este cambio no sólo porque Servicios se encareció, sino porque los precios de los Alimentos (por la recesión y la caída del salario) sube menos de la mitad del promedio, pegando menos en IPC.
En el nuevo IPC -que medirá 500 mil precios contra los 320 mil actuales- hay otros rubros que cambiarían y también están subiendo mucho. Por ejemplo: Transporte pasará de ponderar un 11 a 14,3 por ciento: mientras que Salud bajaría del 8 al 6,4 por ciento. En los dos casos, las alzas son mayores que el IPC promedio, pero en Prepagas, que daña a los sectores medios, ponderaría menos. En Comunicación, que ya anunció una suba de 3,6 por ciento para diciembre, la ponderación pasará del 2,83 al 5,2 por ciento.(Página/12)