Brasil: Temer autorizó a las Fuerzas Armadas a custodiar las calles de Río de Janeiro


El presidente de Brasil, Michel Temer, autorizó hoy el envío de efectivos de las Fuerzas Armadas a Río de Janeiro para cumplir tareas de seguridad pública, como una forma de evitar que se replique la crisis generada por la huelga de policías del vecino estado Espirito Santo, informó a Télam una fuente del gobierno brasileño.

La resolución fue tomada luego de que Temer publicara en Twitter la siguiente frase: "El gobierno federal resolvió poner a las Fuerzas Armadas a disposición frente a cualquier hipótesis de desorden en el territorio brasileño".

La decisión de Temer, que debe ser precedida de un decreto de Garantía de Ley y del Orden, apunta a evitar que una posible huelga de policías deje sin seguridad pública a la ciudad que es la vidriera mundial del país a dos semanas del carnaval, fiesta en la que se esperan más de dos millones de personas en las calles de Río.

El pedido, dijo la fuente, fue realizado a Temer por el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, de su misma fuerza, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

Un portavoz del Palacio del Planalto indicó por su parte que comenzaron los preparativos para el envío de las tropas, muchas de las cuales ya están apostadas en la "ciudad maravillosa" y conocen el patrullaje urbano a raíz de la experiencia adquirida en los Juegos Olímpicos Río 2016.
"El pedido también tiene que ver con las protestas sociales contra la privatización de la empresa de aguas de Río de Janeiro que la semana pasada provocaron enfrentamientos entre la policía y manifestantes; es probable que necesiten refuerzos en ese sector", dijo el portavoz.

Las protestas frente a la Asamblea Legislativa de Río están marcadas para las sesiones de esta semana sobre el ajuste fiscal que realiza ese estado, que declaró situación de calamidad financiera, para recibir fondos del gobierno central.

El temor del gobierno de Río de Janeiro es que un acuartelamiento de la policía pueda provocar una crisis de seguridad urbana, en una ciudad que tiene a sus barriadas más pobres sometidas por conflictos que involucran al crimen organizado, la corrupción policial, narcotraficantes y milicias, que disputan la venta de drogas y el dominio territorial de las favelas.

Unos 1.000 efectivos del Ejército patrullan las calles del estado de Espirito Santo, vecino a Río y parte de la Región Sudeste de Brasil, donde en ocho días murieron por homicidio al menos 137 personas, según la Policía Civil.

Ayer, cerca de un millar de policías comenzó a retomar la rutina aunque sin patrullas ni carros blindados a las calles de Vitoria, capital estatal, donde varias actividades volvieron a la normalidad, pero la mayoría de los 10.000 efectivos de la Policía Militar continuaba acuartelada en demanda de mejoras en las condiciones de trabajo y en las remuneraciones.

Temer acusó a los policías de haber violado la Constitución Federal al rebelarse en demanda de aumentos salariales, una protesta que llevaron adelante las esposas de los agentes, que bloquean las puertas de batallones policiales de Espirito Santo.
"Ellos saben que por la Constitución, ciertos servicios esenciales no pueden ser paralizados; resalto que no pueden hacer huelga ni sindicalizarse; por eso, ese movimiento fue una insurgencia contra el texto constitucional", dijo Temer.

El mandatario dijo que para defender los servicios esenciales enviará un proyecto de ley para reglamentar el enfrentamiento de las huelgas de sectores como seguridad, salud y educación.

De hecho, el gobierno de Espirito Santo informó el viernes que acusó del delito de revuelta a 703 policías que, de ser encontrados culpables, pueden recibir penas de ocho a 20 años de prisión.

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