Recomendado: «El ocaso de un estafador» en el Cultural San Martín

Por Alejandra Bus Ferreyra @alexianotis

Las estafas son moneda corriente en  todas las épocas; cada uno de nosotros podría reconocerse como estafador o estafado, o ambas cosas. Morales, amorosas, familiares, monetarias, esas estafas dejan su huella indeleble en el corazón humano.

La obra se desarrolla en el marco de la invasión alemana a Noruega y la pugna por el hierro sueco para su industria bélica. Juan Gabriel Borkman, el protagonista de esta historia, ha sido director de un banco y ha recomendado ciertas transacciones a sus clientes, quienes nunca pudieron recuperar su dinero. Por esto fue a la cárcel, y tanto él como su familia perdieron  su buen nombre y prestigio. Aun así, Borkman es un estafador que se siente estafado por otro en quien confió, y tal vez a partir de allí íntimamente se absuelve, se siente inocente.

Cumplida su pena, soporta otro encierro, en su propia casa (también perdida por la estafa), visitado solamente por su ex asistente Fodal.  Desde allí, lejos de cualquier posibilidad concreta,  ambiciona volver a tener una buena posición …”subir…subir…” dirá, mientras su mujer, Brunilda, se empeña en que Ana, la hija de ambos, sea la que reivindique el buen nombre y honor de los Borkman, la reputación perdida entre los miembros de esa comunidad.

Así las cosas, regresa a esa casa su cuñada Ema, enfrentada con Brunilda por el amor de Ana Borkman, pero también separadas por viejos rencores: antes de disputarse a Ana, se enfrentaron por un hombre, Juan Gabriel Borkman. Ema pretende llevarse a Ana y llenar de esa manera el vacío que le provoca no haber sido madre. Para ella, Borkman la ha estafado, pero no en dinero; según sus palabras, “si hay un crimen que no tiene perdón es haber matado en alguien la esperanza de amar”.
Pero mientras disputan por la hija sin considerar que ella no les pertenece, la joven finalmente tomará su propio camino, inesperado, dando por tierra las expectativas de sus padres y de su tía.

Edgardo Moreira es Juan Gabriel Borkman. Despliega su talento habitual con energía y solvencia, poniendo cuerpo y alma para encarnar a este hombre que sueña, anhela, ambiciona, una mágica vuelta al ruedo. Silvia Pérez interpreta correctamente a Ema, la que vuelve por una hija que no tuvo y por los vestigios del viejo amor con Borkman; Mónica Salvador es Brunilda y compone con firmeza y convicción a la esposa que nunca perdonó a quien la dejó sin dinero ni reputación. Alejo de Santis es Fodal, el ex asistente de Borkman, notable representación de ese único amigo que visita al hombre en su encierro. Denise Gómez Rivero es Ana, la hija adolescente, fresca, rebelde, tierna y finalmente valiente.

El espacio escénico ideado por Ariel Vaccaro resulta atractivo visualmente e ideal para situar a estos personajes que habitan una misma casa, pero ocupan sus propios espacios, así como pugnan por sus propias ambiciones.  
El ocaso de un estafador es una versión libre de Marcelo Velázquez y Edgardo Moreira sobre la obra “Juan Gabriel Borkman” de Henrik Ibsen, y cuenta con la exacta dirección de Marcelo Velázquez, que hace que permanezca intacto el espíritu crítico hacia la sociedad  de Ibsen, ese noruego cuya familia se arruinó  cuando él era muy pequeño.

Autoría: Versión libre de la obra “Juan Gabriel Borkman” de Henrik Ibsen: Marcelo Velázquez/Edgardo Moreira.
Dirección: Marcelo Velázquez.
Producción: Juan Iacoponi
Elenco Juan Gabriel Borkman: Edgardo Moreira, Ema Reintheim: Silvia Pérez, Brunilda Borkman: Mónica Salvador, Ana Borkman: Denise Gómez Rivero, Guillermo Foldal: Alejo De Santis.
Escenografía: Ariel Vaccaro

Martes y miércoles a las 20.30
(hasta 31 de julio inclusive)
El Cultural San Martín
Sarmiento 1551 – Cap.
(11) 4374-1251 al 59 int. 2269
elculturalsanmartin.org






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