Donald Trump promete "la mayor revolución fiscal desde Reagan"

En busca de retomar la iniciativa tras semanas de polémicas, el candidato republicano Donald Trump prometió hoy "la mayor revolución fiscal" en Estados Unidos desde la Presidencia de Ronald Reagan (1981-1989), al presentar un plan económico con rebajas impositivas y menos regulaciones federales.

"Hoy comenzamos una gran conversación nacional sobre la renovación económica de Estados Unidos", afirmó Trump en el inicio de su intervención en el Club Económico de Detroit, la ciudad del estado de Michigan cuna y epicentro durante muchos años de la industria automotriz estadounidense.

Trump subrayó que la otrora pujante y hoy cada vez más deshabitada Detroit, una de las ciudades más afectadas por la crisis de 2008, "es el vivo ejemplo de la agenda económica fracasada de mi rival" en los comicios de noviembre, la demócrata Hillary Clinton, quien lo aventaja en los sondeos por varios puntos.

Sin perder tiempo, y a punto de presentar su propia plataforma económica, la ex secretaria de Estado dijo que el plan de su contrincante republicano busca beneficiar a las corporaciones y a los ricos, y prometió en cambio verdaderos recortes tributarios para la clase media y suba de impuestos para los más adinerados.

En su discurso en Detroit, el magnate neoyorquino dijo que su plan económico incluirá "rebajas de impuestos para la clase media" y "recortes masivos" de las regulaciones federales, e insistió en su intención de renegociar los acuerdos comerciales internacionales suscritos por Estados Unidos.
"Se trata de la mayor revolución fiscal desde Ronald Reagan", recalcó el multimillonario sobre sus propuestas impositivas, según informó la agencia de noticias EFE

En concreto, Trump citó como principales medidas la eliminación del impuesto de sucesiones, la reducción de la tasa a las empresas estadounidenses al 15 % desde el actual 35 %, y la desgravación de los gastos por el cuidado de hijos.

Rebajaría y simplificaría también el impuesto individual de ingreso. De los siete rangos actuales, se pasaría a solo tres: 12 %, 25 % y 33 %.

Durante su discurso, que dio tras ser precedido por su candidato a la Vicepresidencia, el gobernador de Indiana Mike Pence, Trump fue interrumpido por manifestantes más de 10 veces.

Sin embargo, el candidato republicano eludió la confrontación y esperó pacientemente a que los manifestantes fueran desalojados de la sala por los agentes de seguridad.

Cargó, además, contra las propuestas de Clinton como mera "continuación" de las políticas del actual presidente de Estados Unidos, el también demócrata Barack Obama, y señaló que su adversaria representa "al pasado".
"Nuestra oposición hace tiempo que se quedó sin ideas (...) Nosotros somos la candidatura del futuro", agregó.

Desde Florida, y tras visitar varias cervecerías artesanales de la ciudad costera de St. Petersburg, la ex secretaria de Estado cuestionó las políticas económicas anunciadas por Trump.
"Sus planes fiscales otorgarán grandes recortes de impuestos a las grandes corporaciones y los muy ricos", aseguró Clinton.
"Vamos a hacer que los ricos paguen su parte justa. No voy a subir los impuestos a la clase media, pero con su ayuda vamos a elevarla a los ricos", manifestó la ex primera dama durante un discurso en un teatro del centro de St. Petersburg.

Para Trump, así como para muchos de los republicanos, una de las principales causas de la mala situación económica en Estados Unidos es el excesivo peso del gobierno federal y la elevada carga de regulaciones, especialmente en materia medioambiental.
"Cuando tome posesión del cargo, emitiré una moratoria temporal para frenar nuevas regulaciones", dijo Trump en su discurso, de una hora de duración y que leyó íntegramente, algo poco habitual en el candidato, que presume de no seguir pautas marcadas y romper con la clase política tradicional.

Adelantó, en este sentido, su intención de romper con el Acuerdo del Clima de París alcanzado a fines de 2015, que busca frenar el calentamiento global, ya que, a su juicio, desincentiva la inversión empresarial y la creación de empleo.

Una vez más, se refirió a uno de sus ejes de campaña, la política comercial y su rechazo a los tratados comerciales internacionales por sus nefastos efectos sobre los trabajadores estadounidenses.
"Tengo un objetivo fundamental, quiero que los trabajos y la riqueza se queden en Estados Unidos", enfatizó.

Recalcó, de nuevo, que de llegar a la Presidencia sacaría a EE.UU. inmediatamente del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), pactado con otras naciones de la cuenca del Pacífico, y renegociaría el tratado de libre comercio de Norteamérica (TLCAN), sellado con México y Canadá hace dos décadas.

La alocución se circunscribió exclusivamente al ámbito económico y no contó con las habituales digresiones fuera del guión del locuaz magnate neoyorquino.

Trump, que ha caído notablemente por detrás de Clinton en las encuestas tras varias polémicas en las últimas semanas, especialmente su enfrentamiento con los padres musulmanes de un soldado estadounidense caído en Irak, busca así relanzar su campaña en un momento de crecientes dudas entre los propios republicanos sobre su capacidad de vencer en las elecciones de noviembre.

Curiosamente, será también la ciudad de Detroit donde su rival demócrata presentará este jueves más detalles de su programa económico.

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