Turquía promete profundizar su invasión a Siria


El gobierno turco prometió hoy profundizar su invasión al norte de Siria y acusó a las milicias kurdas de ese país de cometer una "limpieza étnica", al mismo tiempo que su socio, Estados Unidos, le pidió que limite sus ataques a la milicia Estado Islámico (EI) y no a los kurdos, aliados hasta ahora de Washington.

La avanzada del Ejército turco a través de la frontera siria captó la atención del mundo en los últimos y ya cosechó fuertes denuncias. El gobierno sirio denunció a Ankara por "crímenes contra la humanidad" ante el Consejo de Seguridad de la ONU, informó hoy la agencia de noticias oficial Sana, mientras que un grupo pro opositor acusó a las autoridades turcas de matar a decenas de civiles.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización pro opositora con sede en Londres, denunció hoy que el Ejército turco ya mató al menos a 40 civiles con sus bombardeos contra los pueblos de los alrededores de Jarabulus, la ciudad que tomó de manos del EI el miércoles pasado, en el primer día de la invasión.

El Ejército turco rechazó la acusación del Observatorio e informó que, además de Jarabulus, ya "limpiaron de elementos terroristas" a 10 pueblos, al mismo tiempo de que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, celebraba en un mensaje a la nación que "la amenaza del Daesh y las YPG/PKK terminó", según informó la cadena de noticias France 24.

Daesh es el acrónimo en árabe del EI, las YPG son las milicias sirio-kurdas y el PKK es la principal guerrilla independentista kurda de Turquía. Estas dos son aliadas históricas y en el pasado han luchado codo a codo en el norte de Siria para frenar el avance de islamistas radicales del EI.
"La operación de Yarabulus -prometió Erdogan en su mensaje- fue un reflejo de nuestra determinación. Nuestras operaciones (en Siria) continuarán hasta que las organizaciones terroristas como Daesh, el PKK y su brazo sirio, las YPG, dejen de representar una amenaza para nuestros ciudadanos".

El canal de noticias turco NTV informó hoy que al menos cinco personas resultaron heridas cuando varios misiles golpearon el pueblo de Kilis, en el sur del país donde vive la minoría kurda, cerca de la frontera con Siria. Los cohetes habían sido lanzados desde una zona controlada por el EI en el país vecino.

Mientras la tensión no para de escalar en la frontera, el gobierno de Estados Unidos, que intenta hacer un equilibrio imposible entre su apoyo a un histórico socio de la OTAN, Turquía, y su exitosa alianza con las milicias sirio-kurdas YPG para frenar al EI, buscó hoy enfriar el enfrentamiento.

El secretario de Defensa estadounidense, Ash Carter, dijo a la prensa en el Pentágono que está intentando "desescalar" el conflicto entre Turquía y las milicias YPG ya que reconoció que estas últimas comparten "nuestro interés común de derrotar" al EI en Siria.

Carter llamó a las milicias sirio-kurdas a mantenerse al este del río Éufrates, como pide Turquía, mientras le pidió a Ankara que "se concentre" en la lucha contra los islamistas del EI, en vez de priorizar la lucha contra las YPG.

En las últimas semanas el gobierno de Turquía venía advirtiendo que iba a "limpiar" su frontera de la presencia de milicianos del EI y que no permitiría que las milicias sirio-kurdas -aliados históricos de la guerrilla independentista tuco-kurda PKK- tomaran el pueblo de Yarabulus y consiguieran dominar toda la región fronteriza.

Pero los pedidos de moderación de Estados Unidos parecen no tener efecto en sus aliados turcos, que continuaron escalando el enfrentamiento, tanto militar como verbalmente, contra las milicias kurdas.

El canciller turco, Mevlut Cavusoglu, reiteró hoy ante la prensa que "las YPG seguirán siendo un objetivo (militar) mientras no crucen al este del Éufrates", pero además denunció que estas milicias sirio-kurdas están cometiendo una "limpieza étnica" al oeste de ese río, que divide por la mitad a la frontera entre los dos países.

Sin presentar pruebas ni dar detalles, Cavusoglu acusó a las milicias YPG, que hasta ahora pelearon y avanzaron en tándem con el Ejército estadounidense, de "limpiar" de árabes las ciudades y los pueblos que tomaron de manos del EI en la región noroccidental de Siria.

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