Un gran despliegue policial en reapertura del aeropuerto de Bruselas

La policía se puede ver por todas partes en las vacías carreteras que llevan al aeropuerto de Zaventen, en  Bruselas, que hoy comienza a operar parcialmente tras los atentedos del 22 de marzo en la capital belga, que costaron la vida a 32  personas.      

En la jornada de hoy despegarán tres vuelos a Faro, Turín y  Atenas. Los primeros controles se encuentran bastante antes de la  terminal de salidas.      

En la carretera de acceso, junto a un enorme cartel de "Brussels  Airport", hay una decena de policías apostados. Un par de soldados y empleados del aeropuerto completan el grupo, del que también forman  parte dos perros rastreadores especializados en detectar explosivos.      

Este puesto el control se pasa bastante rápido. Tras bajar los  cristales, hay que mostrar la documentación y se sigue el camino.  Aquí no hay colas.      

Los representantes de los medios que intentan llegar al aeropuerto  camuflándose entre viajeros no consiguen llegar a la terminal. Los uniformados preguntan el destino y si no se viaja, no se permite el  paso.      

Un poco más adelante, en la terminal del aeropuerto se exige la presentación de la documentación y la tarjeta de embarque. Los que no presenten ambos documentos tienen que volver y, además, tienen que  hacerlo en coche, pues todavía no es posible llegar al aeropuerto con trasporte público.      

La novedad son los controles previos de pasajeros y su equipaje  antes de entrar en la terminal. Esa medida fue un requisito de la policía en el aeropuerto y una de las condiciones que se impuso para reabrirlo. Los agentes incluso amenazaron con una huelga.      

En los atentados del 22 de marzo, dos terroristas suicidas hicieron explotar los explosivos que portaban consigo en el  aeropuerto en la terminal de despegues. Un tercero se suicidó en una estación de metro de la capital belga.(dpa)

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