Productores de Río Negro y Neuquén piden u$s 15 millones para controlar plagas en la fruta

El pedido se hizo al director de Fruticultura de la Nación, Juan Machera, funcionarios de Río Negro y Neuquén, directivos de CAFI, técnicos del Senasa y del INTA y representantes de la Federación de Productores.

Allí los referentes de la actividad del Valle manifestaron su preocupación por la situación sanitaria que atraviesa la fruticultura regional y los riesgos que ello significa teniendo en cuenta el control que están haciendo los países importadores de peras y manzanas argentinas, en especial por el tema carpocapsa.

“Al nuevo secretario de Fruticultura de la Nación le planteamos cuáles eran los problemas que estábamos atravesando en materia sanitaria y qué es lo que necesitábamos para poder sortear el riesgo que esto significa para toda la producción del Valle”, señaló Marcelo Loyarte, gerente general de CAFI.

Según comentó el ejecutivo, en la reunión solicitaron al gobierno nacional un aporte de 15 millones de dólares para poder continuar, en esta segunda parte del año, con el programa sanitario para el control de la carpocapsa. “A esto hay que sumarle unos 3 millones de dólares que quedaron sin usar del fondo de rotación para la cosecha de la temporada anterior”, aseguró Loyarte en otra parte de la conversación.

El estado de abandono en que se encuentra gran parte de las explotaciones en todo el Valle de Río Negro y Neuquén, la falta de ejecución de los trabajos culturales y la gran cantidad de fruta que quedó en las plantas en esta temporada potencian los riesgos de presencia de la plaga para la próxima cosecha.

Limitaciones para vender

Brasil, el principal destino externo para la región, cambió años atrás su estatus sanitario y, a partir de ese momento, controla con mayor profundidad la oferta de fruta que llega a su mercado de zonas con carpocapsa.

Anualmente el Valle envía al vecino país unas 180.000 toneladas entre peras y manzanas (promedio de los últimos cinco años), volumen que representa alrededor de 150 millones de dólares por temporada. El monto no es menor y más aun cuando se concentra en un solo destino.

Los problemas de rentabilidad determinaron que el año pasado en el Valle alrededor del 35% de las explotaciones frutícolas no fueron podadas en tiempo y forma. Eso trajo aparejados serios problemas comerciales con la administración Rousseff, ya que la presión de la plaga sobre la fruta exportada se hizo sentir con crudeza.

Para este año el escenario no es mejor. Los problemas sanitarios en todo el Valle están latentes y, con ellos, lo futuros inconvenientes comerciales con los países que ponen controles.

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